A minutos de la ciudad de San Miguel de Tucumán, las Yungas se abren paso para crear un paisaje selvático que sorprende con sus verdes. Es un ecosistema propio de la provincia que cobija árboles y flores, aves, cascadas y ríos. Una montaña de vegetación por la que ir subiendo en busca de aire puro y conexión natural.
El circuito, que comienza y termina en la capital provinciana, atraviesa una frondosa selva rodeada por aguas cristalinas y senderos serranos, donde las cabalgatas, los paseos en bicicleta y la práctica de deportes náuticos en el dique El Cadillal son parte de los atractivos turísticos.
El paseo también ofrece la posibilidad de avistar más de 200 especies de aves en distintos escenarios serranos, subir a la aerosilla, volar en parapente, visitar museos arqueológicos y disfrutar de la paz de pueblos como Yerba Buena, San Javier, Villa Nougués o Raco, donde es posible encontrar sitios históricos vinculados a la lucha por la Independencia y a la cultura ancestral de esa zona.
El primer atractivo del circuito es Yerba Buena (a 12 km de San Miguel de Tucumán), una preciosa localidad de calles arboladas elegida por muchos tucumanos para vivir más cerca de la naturaleza. El camino continúa cerro arriba hacia los poblados de San Pablo –donde en tiempos pasados funcionó un importante ingenio azucarero- y de Villa Nougués, con sus casonas señoriales y jardines floridos, que cuenta con una capilla de estilo gótico y una cancha de golf.
Entre lomadas y arroyos se encuentra la localidad de Raco, donde aún se oyen las coplas y zambas del músico y poeta Atahualpa Yupanqui, se fabrican sabrosos quesos y se realizan artesanías en cerámica y tejidos. Y a 5 km está El Siambón, con sus bosques de pinos y eucaliptos, con los dulces elaborados por los monjes benedictinos y con sus espectaculares canchas de golf de pronunciados desniveles, a 1.300 metros de altura, que completan la primera parte del circuito Las Yungas.
Más aventura
La segunda parte arranca en el Parque Sierra San Javier, un espacio de 14 mil hectáreas donde los visitantes pueden realizar caminatas por senderos de selva naturales, paseos en vehículos todo terreno y disfrutar de la variedad faunística de esa zona.
Un imperdible es la monumental estatua del Cristo Bendicente, obra de Juan Carlos Iramain, que con sus 28 metros de altura, se eleva entre los cerros y constituye un sello distintivo de los tucumanos. Paseo obligado entre los atractivos del Parque, es la Cascada Río Noque, que dibuja una de las mejores imágenes del circuito de las yungas.
La continuidad del trayecto lleva a San José de Chasquivil, donde es posible realizar travesías por lugares inexplorados o descansar en la posada Las Queñoas, una estancia con una reserva natural privada con lagunas donde habitan guanacos y otros animales autóctonos.
El camino de descenso y regreso a San Miguel de Tucumán reconoce una parada obligada en el dique El Cadillal, un espejo de agua rodeado de montañas donde se realizan paseos lacustres y deportes náuticos y donde funciona el Museo Arqueológico, un sitio donde se pueden observar rastros de las culturas Candelaria, Ciénaga, Santa María, Tafí, Belén, Aguada y Cóndor Huasi.
TU GUÍA
Cómo llegar
En las cercanías de San Miguel de Tucumán, el Parque Provincial Sierra de San Javier y las Yungas se pueden recorrer uniendo las RP 338, 340 y 341, formando un gran circuito escénico. Para acceder a la Reserva Natural Aguas Chiquitas – El Cadillal, se debe tomar la RN 9 unos 22 km. Para llegar al Parque Nacional Aconquija desde San Miguel, hay que ir hacia el sur por la RP 38 hasta Concepción, para luego tomar la Ruta Escénica RN 65. Son 115 km en total.
Cuándo ir
La época ideal es de abril a noviembre para evitar los meses de lluvias. San Javier y Horco Molle están pegadas a la ciudad de San Miguel de Tucumán y son muy accesibles.
Dónde dormir
Desde San Miguel de Tucumán hasta localidades como San Javier, Concepción o El Cadillal, la zona cuenta con una gran variedad de hospedajes y propuestas gastronómicas.