jueves, 25 abril, 2024
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Como en un cuento de hadas

Escenario de cuentos, películas pero también de una vida real que marcó la historia de muchas civilizaciones, los castillos son para todos los turistas uno de los máximos atractivos de cada viaje. Donde se alza una de estas construcciones, siempre habrá un curioso que quiera descubrir sus secretos. Encima de montañas, junto a lagos, rodeados de vegetación o en medio de paisajes increíbles, los castillos tienen la capacidad de hacer soñar al que los visita. Hoy De Viaje hace una selección para conocer algunos de los más importantes y bellos del mundo.

Château de Chillon

Ubicado sobre una roca a orillas del lago de Ginebra, el castillo de Chillon es uno de los edificios de carácter histórico más visitados de Suiza. La isla rocosa estuvo habitada desde la Prehistoria y décadas posteriormente fue el lugar desde donde se controló durante siglos el tráfico marítimo del lago de Ginebra y la importante ruta hacia el puerto de montaña de San Bernardino. Entre los siglos XII y XVI, Chillon perteneció a los condes de Saboya. Más tarde, la fortaleza fue tomada por los berneses y valdenses, respectivamente. En él se pueden observar murales del siglo XIV, bóvedas subterráneas, salas y los dormitorios conservados con la decoración original de los tiempos del dominio bernés. La construcción está compuesta por 25 edificios y 3 patios, los cuales están protegidos por dos anillos de murallas defensivas.

Neuschwanstein

Los castillos suelen ser los escenarios para albergar los cuentos de hadas, y en este sentido un buen ejemplo es el de Neuschwanstein (literalmente La nueva piedra del cisne). Ícono de los Alpes bávaros, en Alemania, su estilo con torres y chapiteles le otorga un aire de Disneylandia e inmortaliza el romanticismo del siglo XIX. Luis II de Baviera, el Rey Loco, lo mandó a construir en 1866, como refugio en el que alejase del mundo. Siete semanas después de su muerte, en 1886, abrió al público. Esta fantasía romántica situada en los Alpes bávaros, versión idealizada de un castillo medieval alemán, incorpora muchos elementos modernísimos para la época: calefacción central, luz eléctrica, agua corriente caliente y fría y hasta una línea telefónica. Es el edificio más fotografiado de Alemania y recibe 1,4 millones de visitantes al año.

Y aunque Alemania tiene muchas de estas construcciones para conocer, también hay que hacerse un espacio para el Castillo de Lichtenstein, uno de los muchos palacios de la nobleza de Baden-Württemberg que pueblan los Alpes Suabos. De estilo neogótico e inspirado por la novela “Lichtenstein” obra de Wilhelm Hauff, fue construido por orden de Guillermo I de Urach entre 1839 y 1842 sobre los restos de una antigua fortaleza.

El alemán Neuschwanstein, un ícono de los Alpes bávaros. (neuschwanstein.de)

Frederiksborg

Otra etapa clave de la historia, el Renacimiento, también tiene un espacio que lo representa: el Castillo de Frederiksborg, en Dinamarca. Construido en la ciudad de Hillerød sobre tres islotes del Slotssø (“lago del castillo”) entre 1560 y 1630, se le considera como la mayor figura del Renacimiento danés. Se trata del palacio más grande de Escandinavia y simboliza la potencia de la monarquía absoluta danesa. Su arquitectura es llamativa, pues tras el incendio que lo destruyó en el año 1839 se intentó reconstruir con el mismo de ladrillo rojo y tejado de cobre verde. Cuenta con unos jardines impresionantes en una ubicación increíble rodeado de lagos y bosques. Se pueden visitar de forma gratuita y en verano se hacen concursos de rosas.

Párrafo aparte en ese país merece el castillo de Egeskov, la fortaleza renacentista mejor conservada de Europa. Increíblemente hermoso por dentro y por fuera, se alza junto a un lago y la leyenda cuenta que para construir sus cimientos se necesitó un bosque entero de robles. Quizás por eso el nombre del castillo significa “Bosque de Robles” en danés.

Chenonceau

En la región de los Países del Loira, un lugar repleto de castillos, el Chenonceau es uno de los más reconocibles en el mundo debido a su arquitectura renacentista francesa muy distintiva que mezcla formas tradicionales medievales con estructuras clásicas italianas. Lo único que queda de la fortificación medieval original es la Torre de los Marques, mientras que el resto se edificó a principios del siglo XVI en un estilo palaciego mucho más apropiados para los tiempos. El castillo de Chenonceau es conocido como “el castillo de las mujeres” por la huella que dejaron en él las nobles que lo construyeron, residieron en él o lo poseyeron como por ejemplo Diana de Poitiers, Luisa de Lorena-Vaudémont o la misma Catalina de Médicis. Es innegable que, al llegar, lo que más llama la atención es la asombrosa galería que cruza el río Cher, pero también lo hacen sus jardines que cuentan con cientos de rosales trepadores, naranjos, césped y boj, hasta un total de 40 mil plantas y 70 hectáreas pobladas de árboles. 

El Alcázar de Segovia, cuya primera piedra de colocó en 1122. (alcazardesegovia.com)

Alcázar de Segovia

En la confluencia de los ríos Eresma y Clamores se alza el alcázar de Segovia, historia en piedra de España. La primera noticia documental que se conserva del edificio data del año 1122, y fue levantado sobre los restos de una fortificación árabe tras la reconquista de la ciudad por Alfonso VI de León. Fue ocupado desde el siglo XII y por él pasaron monarcas de la talla de Alfonso X El Sabio o los mismísimos Reyes Católicos. Restaurado en el siglo XIX tras un incendio, consiguió recuperar los artesonados mudéjares y la decoración propia de la mayoría de las salas. El Alcázar fue construido originalmente como una fortaleza, pero ha servido como un palacio real, una prisión estatal, un centro de artillería y una academia militar desde entonces. El edificio posee numerosos pasadizos secretos que bajan hasta el río y comunican con algunos palacios de la ciudad. Actualmente se utiliza como museo y posee una exhibición de archivos militares y “las malas lenguas” aseguran que fue una de las inspiraciones para el Castillo de la Cenicienta de Walt Disney.

Eilean Donan

Pese a su tamaño reducido, el de Eilean Donan es el protagonista de muchísimas postales y fotografías que se hacen los turistas en Escocia. Construido sobre un islote y conectado con la tierra por un precioso puente de piedra sobre el lago Duiches, el castillo domina este acuático enclave escocés desde el siglo XIII, cuando se levantó sobre otra torre defensiva aún más antigua para cuidar las tierras de Kintail. Y cumplió su cometido hasta que en 1719 fue reducido a ruinas durante un levantamiento jacobita. A comienzos del siglo XX, el coronel John MacRae-Gilstrap decidió devolverle su esplendor medieval. Y es tan bonito que ha salido en varias películas de Hollywood como la mítica “Los Inmortales” o “Braveheart”. Además, como cualquier castillo que se precie, cuenta con un fantasma. Según la leyenda, se trata de uno de los 39 soldados españoles -parte de una expedición de 300 enviada por el rey Felipe V para alzar a los jacobitas escoceses contra Inglaterra-que en 1719 se atrincheraron allí. La cosa acabó mal: los refuerzos nunca llegaron, pero sí una escuadra inglesa que atacó el castillo y capturó o mató a sus ocupantes. Entre ellos, el fantasma.

Predjama

El castillo de Predjama es uno de los puntos más turísticos de Eslovenia, y la cercanía con las cuevas de Postojna lo convierte en un lugar muy transitado. Este fortín levantado en 1275 bajo estrella alemana y con el nombre de Luegg fue el escenario de cruentos asedios. Desde hace 800 está situado en una pared rocosa de 123 metros de altura, y con misteriosas galerías, está conectado con la cueva que pasa por debajo. El Predjama es una “boca” a la cueva donde el misterioso personaje de Barón Erazem Luegger, narrado en leyendas eslovenas, se ocultaba después de realizar asaltos a los comerciantes que cubrían la ruta que unía Viena con Trieste. A este Robin Hood esloveno se le conoce como el “bandido bueno”. La actual fisonomía del castillo es de 1570, obra de una reconstrucción por parte del barón de von Cobenzl, que amplió su tamaño original, y manteniéndose con este estilo gótico centro-europeo hasta la actualidad. Después de la segunda guerra mundial el castillo fue confiscado por las autoridades yugoslavas y nacionalizado. Para poder visitar las dos atracciones, los visitantes disponen de un autobús que conecta la Cueva de Postojna con el Castillo de Predjama.

El Castillo de Frederiksborg, símbolo del Renacimiento. (www.dnm.dk)

Bodiam

Ubicado al este de Sussex, en Inglaterra, es una de las construcciones medievales que mejor refleja el esplendor de esa época en Reino Unido. Este impresionante y hermoso castillo del siglo XIV, tiene una simetría increíble con sus enormes torres y su amplio foso. Sin embargo, está lejos de ser inexpugnable como pinta, ya que sus muros apenas cuentan con unos centímetros de grosor. Levantado durante la Guerra de los Cien Años entre Inglaterra y Francia, nunca fue atacado, pues las batallas siempre quedaron lejos de sus muros. Es un lugar perfecto para poder transportarte e imaginar como un caballero audaz o una princesa gentil cruzan el puente para ir a una gran fiesta en el gran salón y una de las visitas obligadas en la ruta por la campiña inglesa y la ruta de los castillos por el Reino Unido.

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