Tras el enojo que generó en los locales la noticia sobre una posible ola gigante que podría emerger del Lago Traful y arrasar a este pintoresco pueblo de la Patagonia donde residen poco más de 700 habitantes, este paisaje de ensueño sigue siendo un imán para miles de turistas que llegan hasta aquí cada año. Esta villa de montaña está dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi e integra el Corredor de los Lagos.
Ubicada en la costa sur del lago del mismo nombre, sus calles de ripio recorren las 620 hectáreas del pueblo, al sur de la provincia de Neuquén. Tranquila, entre casas de piedra y madera desperdigadas por la ladera, la villa está inmersa en bellos, frondosos e inalterados bosques nativos que ofrecen el espectáculo de la magnificencia de los Andes Patagónicos, la que también se observa en la ruta de acceso.
Villa Traful, se caracteriza por su belleza paisajística y su naturaleza intacta por el hombre, rodeada de bosques de coihues y la majestuosidad de las formas de la cordillera andino patagónica, conserva un estilo turístico que ha privilegiado la conservación del paisaje y el espíritu montañés. Además del bosque sumergido, otro imán para el turismo es el producto de pesca “Salmón de Traful”, algo que distingue al pueblo de otros de las mismas características paisajísticas de la zona.
El bosque sumergido, es un atractivo natural producido por el desplazamiento de las placas tectónicas que provocaron el desmoronamiento de una parte de la ladera boscosa en el fondo del lago. Allí se encuentran sumergidos ejemplares de hasta 30 metros de altura de cipreses que permanecen de pie y no se descomponen debido al frío las aguas, como ocurre con la turba. Se lo puede observar tanto desde la superficie, en paseos embarcados o excursiones de buceo con guías locales.
Muchos visitantes llegan al lugar para la pesca con mosca, con la que pueden obtener truchas marrones, arcoiris y fontinalis entre las más frecuentes, y el salmón encerrado, distintivo del Lago y Río Traful.
En la propuesta turística se imponen las actividades al aire libre, con múltiples opciones que abarcan desde el trekking por senderos de montaña y bosque a la observación de aves, la pesca, el turismo rural, las cabalgatas, los paseos lacustres o la simple contemplación de postales únicas desde los miradores.