Central Park
Nueva York tiene de todo para el viajero, hasta rincones repletos de flores. Central Park es el parque urbano más grande de ese destino estadounidense y uno de los más grandes el mundo, con más de 4 kilómetros de largo y unos 800 de ancho.
El pulmón verde de la Gran Manzana, se transforma en un jardín inmenso al llegar el mes de abril. La mejor forma de conocerlo es pasear sin prisas por sus senderos de árboles floridos desde alguna de las entradas del sur hasta el puente de Bow, escenario de numerosas películas.
En las 340 hectáreas que ocupa Central Park encontraréis praderas, lagos artificiales, cascadas y zonas que parecen un auténtico bosque. Dentro del propio parque también se encuentra el Zoo de Central Park y otras atracciones. Además de ser el principal pulmón de Manhattan, este parque es uno de los lugares preferidos por los neoyorquinos para pasear, tomar el sol o hacer deporte.
En esta misma ciudad puede visitarse también el Jardín Botánico de Brooklyn, de 21 hectáreas de extensión. Se encuentra adyacente a la histórica comunidad de Park Slope y alberga unos 10 mil taxones de plantas e incluye una serie de jardines especializados dentro del lugar, con las colecciones de plantas, y el invernadero de Steinhardt. Entre las divisiones que posee las más bellas son el jardín de rosas y el jardín japonés.
Invernaderos de Laeken
Los Invernaderos Reales de Laeken, una de las joyas del patrimonio cultural de Bélgica, abren al público sus puertas cada año durante un período no mayor a un mes para que sus visitantes disfruten de la plenitud de la primavera entre flores y árboles de todos los rincones del mundo.
Bajo esta construcción de estilo “Art Noveau”, que data de finales del siglo XIX, se encuentran exuberantes plantas procedentes de países tan alejados de Bélgica como Australia, México o Brasil. Este complejo de invernaderos forma parte del terreno en torno al Palacio Real de Laeken, cuya construcción se remonta a finales del siglo XVIII.
Si bien ninguna de las plantas que se encuentran hoy en los invernaderos son originalmente de la época de Leopoldo II, la Casa Real asegura que muchas de ellas proceden de semillas de entonces, con lo que podrían considerarse “descendientes directas”.
Jardín Keukenhof
El jardín Keukenhof, ubicado entre las localidades de Lisse e Hillegom, en Holanda, abre sus puertas cada año desde 1950 para mostrar un espectáculo de aroma y color asombroso. Jazmines, narcisos, iris, gladiolos, rosas, orquídeas, y sobre todo, tulipanes, entre otras flores, dibujan una impresionante paleta de colores a lo largo de las 32 hectáreas del parque.
“El jardín de flores más grande del mundo”, según la página web del recinto, presume de albergar más de 7 millones de bulbos en flor durante la primavera, con 800 variedades de tulipanes que lo convierten en un escenario con miles de matices cromáticos en los que resulta irresistible no hacer incontables fotografías o vídeos.
La palabra keukenhof significa “el jardín de la cocina” y, en otro tiempo, albergó la huerta y los campos de caza que abastecían la cocina del castillo de Teylingen perteneciente a la condesa Jacqueline de Baviera. Posteriormente se construiría el castillo de Keukenhof con un terreno de más de 200 hectáreas. Tres siglos más tarde, en 1949, los principales productores de bulbos y tulipanes se pusieron de acuerdo para convertir una parte en un centro expositor en el que, cada año, más de 100 empresas dedicadas al cultivo de tulipanes presentan todas sus variedades.