Lopburi es una ciudad muy tranquila con pocos turistas, pero uno de los lugares más particulares que visitar en Tailandia. Ubicada a 150 kilómetros de Bangkok, este poblado recibe a viajeros entre monos, que suelen concentrarse en un par de cuadras.
Sin embargo, quienes llegan hasta aquí lo hacen con ansias de conocer el templo Phra Prang Sam Yot, que se ha convertido en la mayor atracción local. Su bella arquitectura jemer y la cantidad de monos que transitan por allí lo convierten en uno de los lugares más fascinantes.
Sin ningún temor a los turistas, los monos suelen subirse a las mochilas, hombros o cuello buscando algo que llevarse consigo: botellas de agua, anteojos y, sobre todo, algo de comida. Tranquilos, generalmente no hacen nada, ya que están acostumbrados a las visitas. No obstante, son animales salvajes, por lo que es común que con la entrada al complejo, las autoridades entreguen una vara por si necesitás espantarlos.
El templo de los monos presenta ribetes de la arquitectura religiosa jemer. Se trata de un templo-montaña, no demasiado grande, construido bajo el mandato del emperador Jemer Javayarman (1181-1221). En concreto, sigue la estela del Templo del Bayón, una importante construcción que forma parte de las ruinas de Angkor en Camboya.
Muy cerca de este templo también se halla el de Nan Phra Kan, de la misma época, así como varios edificios que datan del siglo XII, los años de máximo esplendor de Lopburi cuando reinaba el rey Narai. El mayor de ellos es el Wat Phra Sri Mahathat, el palacio real, que aún conserva algunas construcciones de diferentes años con esculturas hinduistas y budistas. Su segunda residencia es Phra Narai Ratchaniwe, una mezcla de estilos tailandeses con influencias francesas del que hoy aún se mantienen en pie varias de sus ruinas.