A 25 kilómetros al oeste de San Miguel de Tucumán y en medio de la yunga, se encuentra el cerro San Javier y la villa del mismo nombre que corona su cumbre, un destino ideal para disfrutar en todas las épocas del año. Su altura máxima es de 1876 metros sobre el nivel del mar, en la cumbre del Taficillo, un excelente punto para obtener las mejores vistas panorámicas de la ciudad y los diversos paisajes naturales que lo rodean.
En sus laderas escarpadas y cubiertas de la húmeda selva pedemontana, el visitante puede realizar cabalgatas en grupo o lanzarse a descubrir las postales autóctonas a través del senderismo. La villa, que recibe a la mayor cantidad de viajeros en verano, tiene en lo alto del cerro todos los servicios necesarios para una agradable estadía, con confortables hoteles, posadas y hostels. Uno de los mayores atractivos es la escultura del Cristo Bendicente, obra del tucumano Juan Carlos Iramáin, que con una altura de 28 metros se convirtió en la cuarta estatua más alta del mundo de un Cristo, a 1.275 msnm.
Para llegar desde San Miguel se debe atravesar la ciudad de Yerba Buena, y al transitar el camino recorre un paisaje con curvas pronunciadas que permiten apreciar la exuberante vegetación subtropical, con helechos, nogales y lapachos. San Javier es una villa ideal para descansar y disfrutar de numerosos atractivos, con una temperatura diferente a la de la capital tucumana -entre 5 y 6 grados menos-, que sumada a sus cerros y a la vegetación la convierten a en un lugar perfecto para varias actividades deportivas.
Grandes competencias de mountain bike se realizan en la zona, con circuitos con descensos por sendas de montaña, que son los preferidos por los amantes del ciclismo, en tanto para quienes prefieren el trekking hay numerosas ecosendas en el cerro. Una de ellas, La Puerta del Cielo, inicia su ascenso desde la zona de Horco Molle (lateral izquierdo del San Javier), y el recorrido atraviesa las yungas hasta la cima, donde se tiene una panorámica de San Miguel y alrededores.
La geografía de la villa también esconde un apacible paraje con la hermosa cascada de río Noque, que se ubica en el Parque Sierra de San Javier y es un excelente lugar para pasar el día en familia o con amigos.