Miles de personas se juegan la vida cada año para probar el té de Huashan, en China. Así de literal, así de real. Es que cuentan que la Casa de Té Huashan ofrece la infusión más deliciosa que pueda existir. Sin embargo, para llegar a este lugar que está en la cima del Monte Hua, hay que transitar un camino poco convencional.
El Monte Huá Shan es una de las Cinco Grandes Montañas de China, ubicada en la cordillera de Qinling en las afuras de Xi’an, uno de los destinos turísticos preferidos del país asiático. En esta impresionante montaña se encuentran numerosos templos taoístas, lugares perfectos para retiros espirituales.
En el pico más al sur descansa uno de los templos más antiguos, que hoy en día ha sido transformado en una casa de té. A pesar de que se encuentra a más de 2000 metros de altura, miles de personas hacen la peregrinación cada año para disfrutar de su peculiar infusión.
La primera etapa de subida se desarrolla a través de las Escaleras Celestiales, que están directamente talladas en la montaña, tienen poca profundidad y son bastante empinadas. En el siguiente tramo, hay que aferrarse a una simple cadena atornillada a la montaña y caminar por unos tablones de madera de menos de un metro de ancho y sin ningún tipo de barandilla.
A todo este reto se suma a una parte del recorrido en la que la única manera de avanzar es encajando los pies en huecos cincelados en la roca. Los escalones son tan pequeños que, en caso de que dos personas se encuentren en dirección opuesta, deben pasar uno por encima del otro para poder continuar con el trayecto. Una aventura de una media hora que no es para cualquiera.