jueves, 25 abril, 2024
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Aventura natural por parques que no suelen estar en el radar

Argentina tiene rincones increíbles para descubrir, y sus parques nacionales, casi 40, son destinos que reciben a miles de turistas cada año en busca de un relax natural. Se trata de ambientes vírgenes en donde se puede hacer turismo ecológico que consiste, ni más ni menos, en estar rodeado de naturaleza, aire puro, flora y fauna nativa de cada región.

Los Parques Nacionales de la Argentina ocupan más de 3,5 millones de hectáreas de territorio profundo y recóndito. Están ubicados en distintas provincias y cuentan con paisajes que van desde lo selvático y boscoso a sublimes entornos desérticos.

Además de promover el turismo sustentable, estos parques son una reserva fundamental para la conservación de la biodiversidad, el resguardo del hábitat de especies en peligro, la preservación de la diversidad cultural, la protección de los yacimientos paleontológicos y arqueológicos, y la promoción de la educación y la investigación.

Muchos de estos sitios son populares, pero hay otros parques menos conocidos pero no por eso menos interesantes.

Parque Baritú

Cuando se ingresa a Baritú, enseguida se siente la humedad densa, propia del microclima tropical en el que está inmersa esta región de la provincia de Salta. Ubicado dentro del departamento de Santa Victoria, en el límite con Bolivia, ocupa 72 mil hectáreas de colinas cubiertas de selva y bosque.

Es difícil ingresar allí porque está rodeado de cordones montañosos de más de 2 mil metros de altura. Por lo general, se recomienda cruzar a territorio boliviano para penetrar el parque que, debido a las dificultades para el acceso, es el más virgen del país. Su clima cálido y de abundantes lluvias, hacen que los caminos estén habilitados para transitarlos de junio a octubre. Durante el resto del año, se puede recorrer en 4 x 4 si los senderos lo permiten.

Como en las selvas, abundan las lianas y enredaderas de tamaños enormes al igual que el resto de su fauna que se desarrolla sin límites en ese ambiente tropical donde casi no penetra la luz solar. Los árboles que predominan son los cebiles, nogales, cedros, quinas, afatas, palos amarillos y tipas blancas que alternan con arrayanes, guayabos, matos y helechos. El emblema animal, en tanto, es el yaguareté, el mayor felino de las Américas. Hoy, quedan apenas poco más de 250 animales en las selvas de Misiones, las yungas y algunos sectores del Chaco.

El Parque Mburucuyá es parte de la ecorregión de los Esteros del Iberá. (Parque Mburucuyá)

Parque Mburucuyá

Ubicado en el noroeste de la provincia de Corrientes, a 20 kilómetros de la ciudad de Mburucuyá, este parque posee una superficie de 17.660 hectáreas pertenecientes a la ecorregión de los Esteros del Iberá.

A principios del siglo XX llegó al área de Palmar Grande el danés Piedersen y adquirió estas tierras que pertenecían a la estancia Santa Teresa. Luego pasaron a manos de su hijo, quien se encargó de preservar los ecosistemas y la fauna y la flora nativa de la zona. Finalmente en junio de 2001 cedió las tierras al Estado para que se declarara reserva natural.

El parque posee tres senderos autoguiados para recorrer sin dificultades. El más atractivo es el Yatay. Es un recorrido de 3 kilómetros en el que se visita el casco histórico de la estancia Santa Teresa hasta que se llega al estero Santa Lucía donde se pueden escuchar aves acuáticas y descubrir algún yacaré desde su muelle.

Los otros dos son el Che Roga, colmado de palmares jóvenes y lagunas pobladas de aves, y el histórico, donde se recorre la estancia y se toma contacto con la vida que llevaba la familia Piedersen. Los densos cañaverales, los palmares, el bosque tapizado de esteros, riachos y lagunas son los asombrosos ambientes naturales que alberga el parque.

Jaramillo, uno de los yacimientos fósiles más importantes del país. (Archivo)

Parque Petrificado de Jaramillo

Millones de años atrás, no existía la cordillera de Los Andes ni el clima tan extremo de la Patagonia. Las temperaturas eran cálidas y densos bosques de coníferas invadían la tierra. Tiempo después la actividad volcánica se intensificó, los árboles se cayeron y se cubrieron de ceniza. La región se convirtió en un lugar árido, casi desértico. Los troncos se mineralizaron convirtiéndose en árboles petrificados. Algunos de ellos llegan a medir 35 metros de longitud y 3 metros de diámetro. Hasta el momento de petrificarse contaban con mil años de edad, a los que se les debe sumar unos 150 millones de años hasta nuestra época.

El parque se encuentra ubicado al noreste de la Provincia de Santa Cruz, en el departamento Puerto Deseado, a 150 kilómetros al oeste de dicha localidad. La población más cercana es Jaramillo, a 135, por eso, antes de emprender la travesía es importante abastecerse de agua, alimentos y combustible.

Este lugar es considerado uno de los yacimientos fósiles más importantes del país, y también a pesar de su clima tan hostil, tiene una fauna y una flora muy rica. Se pueden ver guanacos, zorros colorados, pumas, maras, lagartijas, zorrinos, piches, ñandúes, choiques, águilas; y si durante el invierno llueve en abundancia, en primavera florecen cactáceas de grandes flores anaranjadas, y margaritas amarillas, rosadas y blancas.

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