Refugio de más de 1.600 tipos de plantas, 350 especies de aves y unas 60 de reptiles, los Esteros del Iberá, se han convertido en un centro turístico de interés mundial y un ejemplo por el trabajo para la reintroducción de animales autóctonos que habían dejado de habitar la región. Ubicado en el centro de la provincia de Corrientes, es el segundo humedal más grande del mundo, y un imán para los viajeros que llegan hasta allí con la idea de descubrir un universo natural.
Los esteros constituyen un ambiente dentro del sistema Iberá y la Reserva Natural que tiene 1,3 millones de hectáreas. De todo el extenso territorio, 150 mil hectáreas serán parte del nuevo Parque Nacional Iberá. La ley nacional que constituirá formalmente el parque con el objetivo de proteger los recursos naturales y culturales de los esteros está en tratamiento en el Congreso. Tiene media sanción del Senado y espera la sanción definitiva de Diputados.
Este reservorio de agua dulce muy valioso y con un ecosistema acuático único, cuenta con varios portales de ingreso en los cuatro puntos cardinales como San Nicolás, Cambyretá, Carambola, Laguna Iberá, Uguay, Galarza, Río Corriente y el mismo Parque Nacional Mburucuyá.
Este complejo de lagunas, esteros, bañados, camalotales y embalsados ocupa el 14 por ciento del territorio correntino. Es un sitio de naturaleza única, donde se refugian miles de especies animales y vegetales; y debe su nombre a la laguna Iberá, situada en la zona centro oriental del área. Iberá es un vocablo guaraní que significa agua que brilla, y su elección se entiende en cada puesta de sol sobre estos mágicos escenarios.
El primer Centro de Interpretación de la reserva se encuentra justo antes del puente que lleva a Colonia Pellegrini, el pueblo cabecera para visitar los Esteros. Tiene salones de exposición que informan acerca de la geografía, la historia, el clima y la diversidad biológica del parque. De allí parten algunos senderos, aunque la mejor opción para conocer de cerca su paisaje es embarcarse.
La excursión suele ofrecerse en los paquetes de alojamiento completo de las posadas locales y permite disfrutar de dos horas en las que se navega por la parte sur de la laguna Iberá y un tramo de unos seis kilómetros del arroyo Miriñay, que sirve como desagote de las tierras altas de la zona sur y llega hasta la laguna Merceditas para desembocar finalmente en el río Uruguay.
El timonel suele parar el motor en la zona de yacarés, uno de los atractivos que todo viajero quiere fotografiar. Luego sigue el camino entre curvas y ensanches en medio de una tupida vegetación. Estos cambios de cauce se deben a la formación de “embalsados”, masas compactas de vegetación que forman islas flotantes, cuyo estrato más bajo lo componen residuos vegetales a los que se aferran las raíces de pastizales, juncales y esterillares, entremezclados con varias especies de árboles y arbustos que asoman a la superficie.
El curso sigue serpenteante aguas abajo y ofrece en ocasiones el avistaje de ejemplares de venados de las pampas, o corzuelas. También los carpinchos son muy comunes en la zona y dejan fotografiarse, sin alterarse por la intervención humana en su hábitat natural.
Como en toda la zona de los esteros, Carlos Pellegrini es un destino ideal para el avistaje de aves, ya que alberga a casi el 30% de las variedades existentes en el territorio argentino, algunas de las cuales pueden apreciarse durante el paseo, como el caso de garzas, macás y gaviotines.
Paisaje de verano
Los esteros ofrecen, además, en los meses de verano una particular combinación de alta y baja temporada, según sea la localidad elegida por el visitante, con el consiguiente beneficio de las promociones, por un lado, y de nuevas atracciones por el otro. Ituzaingó, Isla Apipé Grande, Colonia Carlos Pellegrini y Concepción del Yaguareté Corá, las cuatro localidades de mayor incidencia de la zona, tienen un interesante abanico de atractivos.
Ituzaingó, además de ser un importante punto de partida hacia los esteros y a la isla Apipé Grande, es un destino cuyo principal imán son las playas sobre el río Paraná, lo que la convierte en una opción válida a la hora de planificar las vacaciones de verano. Las excursiones más destacadas de Ituzaingó son la Central Hidroeléctrica Yacyretá, paseos en lancha por islas aledañas, cabalgatas y visitas a lugares históricos.
Dentro de los territorios en manos privadas que son parte de la reserva, está Puerto Valle –de unas 27 mil hectáreas-, una estancia fundada en 1868 por Bernardino Valle que se dedicó al desarrollo del negocio ganadero y el transporte de mercadería. Actualmente, estas tierras están dedicadas al turismo de lujo y las industrias forestal y ganadera.
Ubicado a 45 minutos del aeropuerto de Posadas, en Misiones, este espacio ofrece guías capacitados para dar a conocer el sistema del Iberá. Algunas de las alternativas para acercarse a la biodiversidad de la zona desde este punto son la navegación en la Laguna Valle, parte de la reserva natural del Iberá, paseos en kayak por el río, cabalgatas y caminatas. También se puede recorrer el vivero donde se trabaja en la producción forestal sustentable, que funciona dentro de la estancia, y la huerta orgánica de la que se nutre, en parte, la cocina del hotel.