sábado, 14 diciembre, 2024
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San Marino, esa rareza entre montañas

Nada más que 33.000 habitantes; sólo 61 km cuadrados de superficie; no pertenece a la Unión Europea, pero usa el euro como moneda; y es la única república donde se eligen dos jefes de Estado. Así es San Marino, el país rodeado totalmente por Italia, sin salida al mar, pero a solo diez kilómetros del Adriático. Aunque no suele aparecer como un destino turístico en las grandes guías, es una linda de 48 horas para aquellos que realizan un viaje a la Emilia-Romaña o a la Toscana. Está a 130 de Bolonia y alrededor de 160 de Florencia.

Con el tamaño de la isla de Manhattan, es considerada, por los expertos, como la república más antigua del mundo. El tercer país más pequeño de Europa, por detrás del Vaticano y Mónaco, suele ser un destino de paso para los viajeros, que llegan hasta allí para conocer el centro histórico y el monte Titano, sus principales atractivos, reconocidos como patrimonio de la humanidad por la Unesco.

Según la leyenda, Marino, un cantero dálmata que escapaba de la persecución del emperador Diocleciano, se escondió en el monte Titano y fundó a su alrededor una pequeña comunidad. Todavía hoy los sanmarinenses veneran este origen fabuloso y se aferran a su sagrada independencia.

Más allá de la leyenda, lo cierto es que esta república llama la atención además por su manejo político. Es la única donde se eligen dos jefes de Estado, conocidos como “capitanes regentes”, que comparten el cargo más alto del país y sus responsabilidades. Esta forma de gobierno data al menos de 1243, año en el que se eligieron los primeros “capitanes regentes” de los que se tiene constancia escrita. Y lo curioso, además, es que la elección que hace el parlamento es cada seis meses, para buscar así que no acumulen demasiado poder.

Hacia los años 70, San Marino empezó a dejar atrás la pobreza que la castigó desde décadas anteriores. Por esos años, cuando recién pasó a permitirse que las mujeres fueran elegidas para cargos, la estrategia de convertirse en uno de los paraísos fiscales de Europa abrió la puerta a la “lluvia de billetes”. Sin embargo, esto se terminó con una crisis bancaria de hace unos diez años, después de que Italia inscribiera a San Marino en la lista negra de paraísos fiscales.

Las calles de la ciudad, con mucha historia sobre sus espaldas. (Turismo de San Marino)

A caminar

A la hora de conocerlo, el monte Titano, con sus 739 metros de altura, es el gran imán para los turistas y se ha convertido en la imagen de la ciudad medieval de San Marino, que también seduce con sus calles estrechas y edificios históricos. Como es lógico, el viaje de subida por las laderas del monte tiene unas cuantas curvas, aunque no es especialmente complicado.

En la cima existen tres construcciones que se destacan. La principal es el castillo de la Guaita, con sus orígenes en el siglo XI. También están el castillo de la Cesta o Fratta, desde donde se disfruta de las vistas más espectaculares de la ciudad, y la torre Montale, una edificación interesante para conocer.

Entre sus estrechas calles, sobresale la piazza della Libertá. Allí está el Palazzo Pubblico, la majestuosa construcción de finales del siglo XIX que alberga el Ayuntamiento y la sede del Gobierno. Es el escenario del cambio de guardia de la Unidad Uniformada de la Guardia di Rocca.

Si bien es una ciudad pequeña, son esos sitios que a cada paso uno puede descubrir iglesias, conventos y palacios que permitirán retroceder en el tiempo. Ejemplos de ellos son la basílica del patrón del país, la de San Marino, que data del siglo XIX, o el teatro Titano, que se remonta al siglo XVIII.

También hay museos para internarse un par de horas. Uno de ellos es el Museo Estatal, con una muestra arqueológica y artística relacionada con la historia de la república, y que cuenta con una galería con pinturas de los siglos XIV al XIX. En tanto, el Museo de Curiosidades, tiene en sus salas una colección de un centenar de excentricidades y rarezas, tales como una trampa de pulgas del siglo XIX, el reloj de la nariz o las uñas más largas del mundo.

La bella arquitectura de San Marino. (Turismo de San Marino)

Turismo de vacunas por 50 euros

San Marino se sumó al llamado “turismo de vacunas”, ya que permite vacunarse con el fármaco ruso Sputnik V a los extranjeros no residentes en Italia que paguen 50 euros por las dos dosis y que, además, pasen al menos seis noches en alojamientos del país. La iniciativa, bautizada como “Turismo de vacunas”, ya ha registrado “miles de solicitudes”.

Cualquier persona sana de entre 18 y 84 años y no residente en Italia puede solicitar la vacuna, siempre que la normativa vigente le permita el desplazamiento a San Marino, y previa reserva de al menos seis noches en hoteles, hostales o campings del país. Las pernoctaciones, en dos periodos de tres o más noches, deben estar separadas por un intervalo de entre 21 y 28 días para la administración de ambas dosis.

La pauta completa de la vacuna Sputnik V -que aún no ha sido aprobada por la Agencia Europea del Medicamento- cuesta 50 euros, a pagar antes de la inoculación de la primera dosis, según el reglamento del “Turismo de vacunas” elaborado por el Gobierno del pequeño Estado.

Los turistas vacunados dispondrán de un certificado de vacunación al final del proceso, así como de un documento acreditativo tras recibir la primera dosis.

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