Con decenas de años sobre sus espaldas, los jardines de agua Annevoie se esconden a mitad de camino de Dinant y Namur, en Bélgica. Están abiertos de abril a noviembre y merecen ser visitados.
Los Jardines de Agua de Annevoie fueron diseñados y construidos por Charles-Alexis de Montpellier en el siglo XVIII, con la combinación de tres ideas: “arte que realza la naturaleza”, “arte en sintonía con la naturaleza” y “arte que imita la naturaleza”.
Con el paso del tiempo, los jardines sufrieron sucesivas transformaciones que les permitieron adaptarse a las tendencias del momento. En la actualidad, se pueden apreciar en ellos tres estilos bien diferenciados: el italiano, el inglés y el francés.
El agua, elemento alrededor del cual fueron diseñaron estos jardines y también su principal atractivo, corre por ellos de forma natural y sin ayuda de maquinaria alguna desde hace 250 años gracias un sofisticado sistema de canales, tanto superficiales como subterráneos, y a los desniveles naturales del terreno.
En 1930 los Jardines fueron abiertos para el público general, y en 1982, la propiedad completa, incluyendo los jardines y los edificios, fueron enlistados como Monumentos Históricos. Tiene un castillo que no puede ser visitado.