Con el verano en marcha y en medio del temor que aún perdura por la pandemia de coronavirus, hay una serie de balnearios que no concentran tantos viajeros y que son ideales para pasar unos días de relax. La costa atlántica ofrece, en ese sentido, variadas opciones para todas las edades. Además, los que no quieren darse una vuelta por el mar, pueden elegir los espejos de agua de Villarino, Chascomús y Lobos, que resultan una propuesta irresistible para quienes se deleitan con la tranquilidad, los asados al aire libre, la pesca y el ambiente familiar.
Aguas Verdes
Ubicado en el Partido de la Costa, Aguas Verdes es un destino agreste y silenciosa, si se compara con sus vecinas cercanas como San Clemente del Tuyú, Santa Teresita o San Bernardo. Menos boscoso que Costa del Este, conserva un ambiente natural, con casas bajas esparcidas entre pinos y eucaliptos.
Ideal para parejas, o familias con hijos pequeños, Aguas Verdes se destaca por sus playas amplias y su cordón de médanos de hasta seis metros de altura. Ideal para sentarse a leer y aprovechar la arena sin gente alrededor.
Desde la playa puede avistarse una hermosa mansión de estilo normando que fue una de las primeras propiedades de la localidad, cuyos terrenos lindan con el balneario. Pertenece a una familia Duhau, dueña de muchas tierras y que fue una de las fundadoras de lo que hoy es el Partido de la Costa.
Reta
Los balnearios del partido de Tres Arroyos son Claromecó, Reta y Orense, ideales para viajeros en busca de tranquilidad. Por lo general Claromecó es el más popular y visitado, gracias a sus playas extensas y buena pesca.
Reta, de calles pintorescas y playas apacibles, invita a visitar La Boca, la desembocadura del río Quequén Salado, la Gruta Virgen de Lourdes y la albufera, un accidente geográfico donde una laguna de agua dulce desemboca en el mar.
Con un centro que cuenta con buena infraestructura turística y el primer Museo de la Yerba Mate, Reta es único por el entorno natural. También es ideal para visitar en familia, contemplar el silencio, hacer caminatas, deportes y la pesca.
Pehuen Co
Cuando puso pie en Pehuen Co, Charles Darwin fue deslumbrado por la playa inabarcable. Después, encontró huellas que la prehistoria había dejado a la vista. Siglos después, la curiosidad también atrajo a Florentino Ameghino. En medio de un paisaje muy natural y de playa agreste, el circuito paleontológico está siempre presente en los viajeros que llegan hasta esta ciudad. Es que en esta zona fueron hallados restos de vertebrados de 5 millones de años de antigüedad.
Esta villa ubicada a 86 de Bahía Blanca y 68 de Punta Alta, significa, en araucano, “pinos y agua”, expresión que sintetiza sus atractivos naturales, sobre todo el del mar, de aguas más cálidas que en otros puntos de la costa atlántica. Además, el clima natural invita a recorrer el Bosque Encantado, forestado con pinos, eucaliptos y cipreses y que está sólo a 5 kilómetros de Pehuen Co.
Otros de los puntos de interés son la capilla La Sagrada Familia, la Casa Molino, el Vivero Municipal, la Sala de Interpretación Paleontológica, los restos del Barco hundido La Soberana y la Casa Barco.
Las Gaviotas
Embajadora del movimiento “vivir sin prisa” y defensora desde sus inicios de una construcción que no invada ni modifique la flora natural, Mar de las Pampas es, al igual que Cariló, un destino en donde el bosque invade los sentidos. En un ambiente familiar y relajado, este destino que está a 20 minutos en auto de Villa Gesell, ofrece una atmósfera de vida sana y ecológica.
Pero en los últimos años, más allá de tener alojamientos caros, Mar de las Pampas se volvió muy concurrido. Es por eso que fue ganando espacio entre los que buscan un poco de más silencio Las Gaviotas. Sobre la costa del mar y demarcado por un cordón de dunas que bordean las extensas playas, resulta ser el reparo ideal donde recuperar energías y respirar aire puro hasta en medio de una temporada a pleno.
Este pequeño pueblo de 700 metros de frente costero y un entorno natural agreste, con bosques de acacias, transita cada verano en medio de la tranquilidad de sus calles con nombre de balnearios internacionales. Rotiserías, lindos restoranes y una heladería artesanal con cremas exquisitas en su pequeño centro, dan un ambiente genial para descansar unos días.
San Cayetano
Entre médanos y frondosa vegetación, San Cayetano tiene playas tranquilas a la que llegan miles de familias para buscar poner la sombrilla y no temer porque el vecino ocasional le pise la lona. Además, se practica la pesca deportiva del pejerrey en las 15 lagunas del partido.
El balneario está a 75 km. de la ciudad de San Cayetano, se encuentra emplazado entre una amplia vegetación y hermosos paisajes. La tranquilidad y la naturaleza son sus rasgos distintivos. Y la vida en la villa se caracteriza por la posibilidad del disfrute en familia de espacios verdes y recreativos.
También esta región es de barcos hundidos, lo que despierta mucho interés entre los veraneantes. Entre los naufragios se destacan el barco pesquero Pagrus I, que encalló 9 km al oeste de la villa balnearia y tiene 17,9 metros de eslora y casco de madera, y el Charrúa, que era de la Armada, fue vendido a una empresa uruguaya y lo rebautizó, hasta que en 1979 encalló 4 km al oeste del pueblo.
Lo ideal para despejarse, pasear por los 28 km. de playa donde se forman pequeñas bahías, hay afloramientos rocosos y muchos médanos para que los más pequeños se diviertan.
Chasicó
Chasicó es una de las lagunas más grandes de la provincia de Buenos Aires con una extensión de 12 mil hectáreas, y además es una de las más importantes en la pesca de pejerrey. Hasta esta región arriban pescadores deportivos de Río Negro, Mendoza, Córdoba y de la Ciudad de Buenos Aires. La captura de piezas se puede realizar desde una embarcación o desde la costa.
El balneario de Chapalcó, ubicado sobre la laguna, se caracteriza por sus playas de suaves declives. También llegan familias con hijos pequeños porque las lagunas tienen poca profundidad.
Los aficionados a la fotografía buscan retratar la fauna y la flora lacustre y también la puesta de sol con su diversa gama de colores. Esa postal cromática se encuentra camino a la laguna. Se trata de un trayecto de 35 kilómetros por fuera de la Ruta Nacional 22, donde se ubican las salinas chicas que forman la depresión más profunda de la provincia por estar a 42 metros debajo del nivel del mar.
En 1999 este lugar, compartido con Puán, fue declarado Reserva Natural de Objetivos Definidos Mixtos para proteger a más de 140 especies de aves y mamíferos, y diferentes variedades de plantas en peligro de extinción como el caldén. Es toda una aventura conocerlo a través de las visitas guiadas.
Laguna de Lobos
Tanto el partido como la laguna deben su nombre a los coipos o lobitos de río que habitaban esta región. Fue una zona preciada para los Pampas y Querandíes por sus aguas, el barro arcilloso para hacer vasijas, la pesca y el cuero que les proveía ese animal. Con el tiempo se transformó en el principal centro turístico del municipio ya que el pueblo de Villa Logüercio y los barrios Bahía de los Lobos y Araucaria viven de esa actividad.
Los fanáticos de la adrenalina pueden disfrutar de hacer windsurf, kitesurf y motonáutica. Además se pueden alquilar botes o kayaks, y pescar carpas, bagres y pejerreyes desde la costa o en embarcación. Pasar una tarde frente a la laguna es una experiencia recomendable para cualquier persona que ame los sonidos del agua, los pájaros y disfrute perderse en los atardeceres. Es el momento perfecto que se puede experimentar en la costanera de este municipio bonaerense.
Allí, en los días largos de verano se llevan adelante avistaje de aves, astroturismo, caminatas, actividades recreativas y feria de artesanos y emprendedores. Además, este destino tiene una variada oferta de alojamientos: campings, glampings y el histórico hotel El Pescador, que nació en los años cincuenta con el inicio del turismo en esta zona.
Chascomús
En la costanera de Chascomús los bares con luces de colores cerca de la laguna conforman un pintoresco cuadro. En estos establecimientos la experiencia de la comida se aprecia con todos los sentidos por las increíbles vistas del entorno lacustre.
El espejo de agua cuenta con una extensión de 3.044 hectáreas, dos metros de profundidad promedio, se ubica en la Cuenca del Río Salado y es la más grande del sistema Las encadenadas.
Es una de las más elegidas para competencias de natación, regatas y triatlones, por sus vientos y fácil acceso. También es un lugar privilegiado para realizar kitesurf, windsurf, kayak, nadar y pescar. Además, quienes quieran navegar pueden alquilar botes a remo.
Los 30 kilómetros del camino de circunvalación en el perímetro de la laguna proponen un recorrido singular entre puentes y miradores. Muchos eligen hacer el trayecto en bicicleta y otros realizan safaris fotográficos para captar aves y animales en su ambiente natural. La ciudad tiene una gran oferta de alojamientos desde cabañas, hoteles, hoteles boutique y campings para tu estadía en Chascomús.