Viena, la capital de Austria, es una de las ciudades soñadas por los amantes de la música clásica, la arquitectura y el arte, y además es perfecta para ir en cualquier época del año. Tiene multitud de monumentos con un gran atractivo arquitectónico y sus señoriales calles te trasladan a otra época. En una ciudad donde el tránsito en bicicletas aumentó un 12% durante 2020, lo cierto es que son muchos los recorridos que se pueden hacer en dos ruedas para conocer sus secretos.
Un recorrido clásico para hacer es por la avenida Ringstrasse, donde en una distancia de 5,5 kilómetros uno puede tener un contacto con el casco antiguo vienés. En el bulevar más hermoso del mundo no solo se ven muchos de los monumentos más conocidos, como el Hofburg, el más grande y antiguo de la ciudad. Durante más de 600 años el lugar de residencia de los Habsburgo y actualmente es el lugar más visitado por los viajeros. El complejo es enorme e incluye además de las habitaciones imperiales, el Museo de Sisi, una iglesia, la Biblioteca Nacional Austriaca o la Escuela de Invierno de Equitación, entre otros.
También en este recorrido uno pasa por los museos de Historia del Arte e Historia Natural, la Ópera Estatal y el Parlamento, sino también fabulosos palacios, vastos parques e importantes monumentos se concentran para formar el “escaparate” de la antigua monarquía del Danubio.
Situada en Stephansplatz, en pleno corazón de la ciudad, la Catedral de San Esteban es la sede principal de la archidiócesis de Viena y es el lugar donde se celebró la boda y el funeral del genio Mozart. También se aprecia este sitio en dos ruedas.
Con un recorrido de 7 km, el carril bici del Canal del Danubio atraviesa toda Viena. Se parte de la artística planta incineradora de residuos de Spittelau y luego uno puede ir haciendo una parada en alguno de los tantos bares con arena de playa que jalonan la zona central del recorrido que lleva por el paseo del Canal del Danubio, donde podrá parar a tomar un bocado y refrescarse.
Finalmente, el carril del Wiental es perfecto para hacer un recorrido por donde apenas se ven automóviles. El carril de 13 kilómetros pasa justo por la entrada de la Reserva Natural de Lainz, una zona natural protegida de características únicas. Además del Palacio de Schönbrunn, que sorprende por sus enormes y cuidados jardines, en los que destacan las vistas desde la glorieta y un bonito jardín laberinto, se puede ver la arquitectura de la parada de ferrocarril diseñada por Otto-Wagner, el Pabellón de la Corte en Hietzing y admirar el puente de Otto-Wagner.