Declarado Patrimonio Mundial por la Unesco, cuenta con una extensión total de 263.000 hectáreas y alberga a los lagos Futalaufquen, Verde, Krüger, Rivadavia, Menéndez, Amutui Quimey y el río Arrayanes, entre otros. Si bien no todos los sectores están ya habilitados, la idea es que a medida que pase la pandemia de coronavirus vaya ganando en flexibilización para que los turistas puedan llegar de todo el país.
A sólo 45 kilómetros de Esquel, entre alerces jóvenes y grandes espejos de agua, se puede encontrar una senda que nos conduce a apreciar el alerce abuelo. Tiene unos 2.600 años de antigüedad, llega a medir los 60 metros de altura y tiene un diámetro de cuatro metros. Esta senda, que se adentra en la flora típica de la región y los bosques andino-patagónicos, nos muestra todo el esplendor y la variedad de la flora y la fauna. Es acá donde el parque nacional resguarda las principales especies arbóreas como el coihue, la lenga, el ñire y el ciprés de la cordillera.
Allí existen unas 150 especies diferentes de aves: el pato de torrente, los chorlos, las bandurrias, los teros, los cauquenes, los chucaos y las gallaretas de ligas rojas. Entre los mamíferos, se destacan los zorros, los coipos, los pumas y el huemul del sur, especie protegida dentro del parque.
Experiencia para aventureros y contempladores de la naturaleza, el parque rodea al visitante de vistas panorámicas, con un sistema de espejos de agua donde es posible realizar actividades deportivas náuticas. Kayak de travesía, remo, pesca, rafting y natación son de práctica continua en los lagos Futalaufquen, Verde y Rivadavia y en el río Carrileufú, cercano a la ciudad de Cholila.
La propuesta también incluye una invitación a conectarnos con la naturaleza mediante actividades de trekking y senderos. Estas excursiones pueden ser guiadas y comprenden variados tramos, desde sencillos a dificultosos. Puerto Limonao, por ejemplo, es un trayecto de cuatro kilómetros por el bosque, entre el Lago Futalaufquen y la ruta. Una aventura que dura dos horas y es de dificultad baja.
Otro paseo diferente lo constituyen las pinturas rupestres, de antiguos pobladores, que se encuentran a dos kilómetros y medio de Villa Futalaufquen. Luego se emprende un ascenso de diez minutos hasta un mirador. La duración total es de cuarenta minutos y la dificultad es baja.
A dos kilómetros del centro de informes, se puede disfrutar la experiencia de recorrer Laguna Larga, conocida por el tamaño de las truchas marrones que se han encontrado en sus aguas. Se llega por una senda vehicular de cuatro kilómetros, ubicada fuera del parque rodeado de un ambiente sereno y con vegetación virgen.
A seis kilómetros de Villa Futalaufquen, se puede visitar la Cascada Irigoyen, un importante salto de agua rodeado de abundante y variada vegetación. El primer tramo dura quince minutos y es de dificultad baja.
Otra experiencia increíble es conocer el Lago Krugger. El paseo se inicia con una caminata ascendiente a 1500 metros, pasando Puerto Bustillo. En el recorrido se van sucediendo hermosas vistas. Luego de una bajada, se llegará a Playa Blanca, donde el turista tiene permitido acampar y prohibido hacer fuego. Para esta aventura es obligatorio comunicar a los guardaparques el horario de partida y el plan de la caminata y tener en cuenta que dura doce horas, con dificultad media.