La región portuguesa del “Alto Douro Vinhateiro”, (Duero en español) donde se localiza la actividad vitivinícola más antigua del mundo y es considerada Patrimonio de la Humanidad, celebra cada año en septiembre el inicio de la vendimia con la denominada Fiesta de la Pombalina.
Es una región que se ha convertido en referente mundial por su gran cantidad de producción vitivinícola y porque produce los denominados “generosos”, que se saborean tras el postre por su dulzor. Se trata de los afamados Vinos de Porto, cuyo primer productor en Portugal es la comarca de Sao Joao da Pesqueira, un concejo de 8 mil habitantes bañado por el Duero, próximo a la frontera española del Parque Natural Arribes, en Castilla y León.
Es un territorio único en el mundo, catalogado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad desde 2011. A la belleza paisajística se le une “un microclima” especial, ya que es una zona cálida, engarzada entre los desfiladeros del río Duero, tras su discurrir por la frontera hispanolusa.
El Vino de Porto es un caldo al que a los pocos días de ser metido en la bodega se le corta la fermentación y se le añade aguardiente, lo que le da un dulzor muy especial, que lo hace ideal para el postre. En esta comarca, donde no hay paro gracias a la actividad de la viticultura, hay unas 200 empresas, bien productoras o bien comercializadoras de Vino de Porto.
La gente cree que este vino, que hace décadas se conocía como vino generoso (en España se le denomina quina) entre los productores, se hacía todo en Oporto, debido a la marca, pero no es así, ya que la mayoría de las uvas salen de la región del “Douro Vinhateiro”, insisten los bodegueros.
La mayor parte del Vino de Porto se consume fuera de Portugal y el mayor importador es Francia, donde se consume casi una tercera parte de la producción total. Esta región Patrimonio de la Humanidad basa su riqueza económica en sus vinos de mesa que se comercializan bajo la Denominación de Origen “Douro”.