viernes, 6 diciembre, 2024
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La casa del cisne de cuello negro

A sólo 32 kilómetros al oeste de la ciudad de Zapala se encuentra el parque nacional Laguna Blanca, el área de la Patagonia norte que preserva un ecosistema especial: la estepa árida alta. Enmarcado en un entorno imponente de volcanes, basaltos, mallines y lagunas, este rincón de Neuquén es uno de los 22 Sitios Ramsar -Tratado sobre conservación y uso racional de humedales- que se encuentran en el país.

Creado en 1940 con una superficie de 11.250 hectáreas, el principal objetivo es la conservación de una de las mayores poblaciones de cisnes de cuello negro del país. Aunque es el área de nidificación más importante de la Patagonia con unas 130 especies de aves, y en el lugar existe un mirador señalizado y un pequeño museo en la casa del Guardaparque.

El rasgo central del sitio lo constituye, justamente, la laguna Blanca ubicada en el centro del Parque Nacional, que representa la máxima cuenca endorreica de la región basáltica del oeste provincial. Dentro del área protegida habita una elevada biodiversidad integrada por unas 350 especies de plantas, 50 de mamíferos, 12 de reptiles, 3 de anfibios y numerosos artrópodos.

Muchas de estas especies son únicas de la Argentina, incluso unas cuantas son propias del área protegida y sus alrededores, como por ejemplo la ranita de la laguna Blanca cuya presencia en los humedales es señal de la calidad del hábitat de estos ambientes.

Todas las lagunas del área protegida tienen la particularidad de haber evolucionado sin la presencia de peces, lo que las hace únicas en cuanto a su estructura comunitaria acuática y a la presencia de numerosas especies de aves que utilizan el abundante recurso trófico. Sin embargo, entre los años 1943 y 1968 se efectuaron sucesivas siembras no autorizadas en la laguna Blanca principalmente de percas, una especie nativa de la Argentina y Chile, pero que no ha co-evolucionado en este tipo de lagunas.

Así, la llegada de este depredador novedoso generó múltiples efectos negativos en el ecosistema lagunar, que empezaron a ser evidentes en la década del ’90, principalmente con la disminución en la diversidad y abundancia de aves debido a la ‘gambarusa’, una planta acuática sobre la cual anidan distintas especies, entre ellas el cisne de cuello negro.

Dentro del área protegida y en sus alrededores habitan desde hace muchos años comunidades Mapuches y criollas que enriquecen la zona con un gran valor cultural. La evidencia lítica permite estimar un poblamiento de unos 2.000 años de antigüedad entre el siglo VII hasta momentos posteriores a la formación de los virreinatos siglo XVII.  Una singularidad del Parque está dada por el registro de técnicas de pintado y grabado juntas en un mismo sitio.

Los sitios arqueológicos relevados hasta el momento en el Parque están representados por sectores a cielo abierto, abrigos rocosos pircados asociados a sitios a cielo abierto, y abrigos rocosos con arte rupestre, a lo que se agregan los sitios de paso de veranadores y otros de pobladores antiguos que indican que el lugar fue un punto clave de abastecimiento.

Humedales

El Parque Nacional Laguna Blanca fue uno de los tres primeros en haber sido incorporados como Sitio Ramsar por la Convención Mundial de Humedales, y forman parte de los alrededor de 2200 que existen en todo el mundo. En este marco, el Parque Nacional tiene como prioridad la restauración de la laguna Blanca, cuyo objetivo principal es la disminución de la población de percas a través de un proyecto de pesca artesanal en conjunto con las comunidades locales, como así también la pesca recreativa abierta para el disfrute de los visitantes del mes de abril a octubre de cada año, entre otras medidas de manejo.

La disminución de la población de perca no solo permite el desarrollo de las plantas acuáticas, sino también una mejora considerable en la calidad del agua.

La laguna Blanca representa un sitio vital de abastecimiento de agua los piños, majadas y rodeos de ganado menor y mayor de los pequeños productores ganaderos que habitan tanto dentro del Parque como en la zona aledaña, así como para los trashumantes, que trasladan el ganado hacia los puestos de veranadas en las altas cumbres del cordón del Chachil, ubicado al oeste del Parque.

Actualmente, el trabajo mutuo con las comunidades vecinas, ha llevado adelante una obra hídrica que abastece de agua potable a varios pobladores, seccionales de Guardaparques, a la zona de acampe y al Centro de Visitantes, por lo que resulta indispensable la conservación de nuestros humedales para mantener la calidad del agua en las napas.

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