La categoría sidra crece en la Argentina, sexto país del mundo en consumo per cápita, y pese a ser una bebida muy ligada a las fiestas de fin de año, gana terreno en el mercado a partir de nuevas propuestas.
“La sidra está pasando un momento de transformación; es una categoría que hace algunos años empezó a cambiar”, explicó Vanina de Martino, gerente de Marketing de Sidras, Vinos & Spirits de CCU Argentina, propietaria de Sáenz Briones y Sidra La Victoria.
En tanto, para Macarena Duffau, jefa de marketing de Sidra 1930 en Cervecería y Malteria Quilmes, “la tendencia global en el crecimiento del consumo de sidra es algo que venimos observando hace tiempo, y que también se está dando en la Argentina con una categoría premium que crece sostenidamente a doble dígito año a año”.
Tras destacar que la Argentina es un “gran consumidor de sidra, entre los principales del mundo, el sexto consumidor del mundo, sólo detrás del Reino Unido, España, Estados Unidos, Sudáfrica y Francia”, De Martino consideró que existe una “gran oportunidad de seguir creciendo porque en ninguno de estos países se usa para brindar”.
El crecimiento de la categoría fue impulsado por la innovación de las marcas al servicio de nuevas propuestas y presentaciones de producto, y la creación de nuevas ocasiones de consumo.
Las nuevas propuestas en marcas, productos y empaques contribuyen a crear nuevos espacios y oportunidades de consumo: no sólo en las fiestas, sino con amigos o en familia; e, incluso, como opción individual. “Nuestro gran desafío es lograr desestacionalizar el consumo de la sidra, ubicándola en nuevas ocasiones donde antes no se encontraba, y reivindicar un producto noble, natural, fresco y dulce que puede ser consumido en diferentes momentos”, sostuvo Duffau a la agencia estatal Télam.
Según un estudio realizado por la consultora GFK, la sidra creció en preferencia frente a otras categorías alcohólicas como vinos, whiskies y espumantes, y con el contexto de pandemia actual, el consumo se volcó a las casas y más personal.
“Hay una tendencia muy fuerte a buscar y probar nuevos sabores en bebidas de baja graduación alcohólica, de entre 4 y 7 grados; la sidra es una opción dulce, refrescante y natural, elaborada con jugo de manzana, un producto sin tacc” comentó De Martino.