Como cada verano, y sobre todo teniendo en cuenta la salida, poco a poco de la pandemia de coronavirus, Uruguay se prepara para vivir una temporada a pleno, siempre empujado por la fuerte presencia de turistas argentinos que representan más de la mitad de los extranjeros que visitan ese país.
Con una superficie de tan sólo unos 176 mil kilómetros cuadrados y casi 3,5 millones de habitantes (principalmente descendientes de italianos, españoles y franceses), el verano se respira en cada rincón. Natural y transparente, siempre se destaca como una de las naciones con mejor calidad de vida, por lo que muchos se animan a llamarla “la Suiza de América”.
Si la idea es pasar unos días en un destino “cool”, el clásico es Punta del Este, con una población estable de 13 mil habitantes pero que en el verano “explota”. Esta península se posiciona como una de las playas más top del mundo, al estar rodeada de mansiones millonarias sobre la costa.
Los paseos en la zona más céntrica de la ciudad son ilimitados: las galerías, tiendas y gastronomía de la encantadora Avenida Gorlero; el puerto con sus yates deportivos; el faro en el barrio antiguo; sol y baños en las diferentes playas; excursiones a la Isla Gorriti y la Isla de Lobos; vistas imperdibles en el punto exacto donde el Río de la Plata se abraza con el Océano Atlántico.
Pero si la idea es conocer las playas más lindas (y las más top), está es la lista que debe estar en cualquier itinerario:
Mansa
La península esteña divide en dos sus playas. De una costa, el oleaje es particularmente intenso y interactúa con la orilla todo lo que no hace del otro lado. El movimiento de las olas define los nombres de las dos playas más populosas de Punta del Este: la Mansa y la Brava. Son divididas por el Faro, una referencia que alumbra la inmensidad atlántica.
La Mansa, que se extiende desde la península en la parada 1 hasta la parada 24, es ideal para niños y familias por su mar calmo y sereno. Es la costa oeste de la ciudad balnearia, una bahía que baña la Isla Gorriti, un refugio silvestre sin nada más que playas y vegetación a 20 minutos de navegación del puerto. Al turista que le gusta nadar, no hay mejor opción que Playa Mansa.
Brava
La escultura de los Dedos, obra del artista chileno Mario Irarrazabal, emerge de la arena para coronarse en un sitio histórico de la ciudad balnearia. Allí se atribuye el comienzo de la Brava, que se extiende hasta el puente de la Barra con la desembocadura del arroyo Maldonado.
La Brava recibe a las aguas más picadas del Océano Atlántico. Sus olas proporcionan el escenario ideal para practicar surf. Durante 8 kilómetros deslumbra a los visitantes. Suele tener más movimiento que en la Mansa por tramar una atmósfera más activa. Dispone de servicios como alquileres de sombrillas, paradores con oferta gastronómica, una movida surfer y sitios reservados para los más exigentes fashionistas.
Bikini
Bikini es una playa top del balneario Manantiales, a 12 kilómetros de la península. Es uno de los sitios más populares para disfrutar el verano en Uruguay, ya que ofrece una combinación de paisajes naturales hermosos y personas atractivas.
Si se opta por una estadía silenciosa, es aconsejable pasear por la arena dorada hacia el extremo sur de la playa. Por eso es una de las costas más elegidas por las celebridades y principalmente dominada por el círculo de turistas argentinos.
Sobra el glamour, la distinción, los eventos sociales, los desfiles de moda, la juventud, la música y las barras de tragos. Sus actividades son variadas: clases de surf, jet ski y gimnasia aeróbica. Su playa suele ser peligrosa y estar custodiada por un servicio reforzado de guardavidas.
José Ignacio
A 40 kilómetros de Punta del Este, por el camino E. Sainz Martínez, el viajero se encuentra con un paradisíaco y privilegiado rincón de la costa atlántica uruguaya: el balneario de José Ignacio.
La bohemia y el chic se mezclan en la segunda península más reconocida del departamento de Maldonado. La exclusividad, el rasgo de privilegio, es su sello de pertenencia. Su paisaje agreste, natural y autóctono armoniza con un bagaje arquitectónico refinado. Se trata de una pequeña península que se interna en el mar a través de sus dos kilómetros de largo y 800 metros de ancho.
La Barra
La Barra es un antiguo puerto de pescadores. Su impronta mantiene cierta estética silvestre, con construcciones originales y modestas. Su significado proviene del término barra que es usada en Uruguay para designar la desembocadura de un curso de agua en el mar.
La Barra tiene todo: un paisaje marino decorado con playas magníficas que permiten la realización de actividades deportivas tan variadas como pesca, surf, canotaje y esquí acuático; un polo nocturno con diversos bares y boliches emplazados mayoritariamente sobre la ruta 10; un estilo arquitectónico con identidad propia; más un atractivo cultural permanente con galerías de arte, mercado de pulgas y tiendas de antigüedades.