Ubicada sobre el límite este de la provincia de San Luis con su vecina Córdoba, Villa de Merlo conjuga un paisaje natural rústico y un microclima perfecto, que conforman el entorno de su manjar más característico: el chivito serrano. Singulares y variadas recetas se elaboran en esta localidad y aportan un valor distintivo al destino. Se realza de esta manera el sabor de esta perla gastronómica, asociado a las bondades del paisaje, su reconocido microclima y la naturaleza de la flora y la fauna autóctona.
Criadas en el monte, entre la pastura silvestre del paisaje de San Luis, las cabras se alimentan a diario en un entorno virgen, rico en diversidad de hierbas y yuyos. Nutritivamente, esto saboriza la leche con la que alimentan a los chivitos y vuelve tan singular y sabrosa su carne.
Entre las recetas especiales que pueden encontrarse en Villa de Merlo, está la del chivito serrano a las llamas, que desarrolla con especial dedicación y paciencia, se caracteriza por el aporte de un perfume único a la carne, de la mano de las maderas de algarrobo, quebracho, chañar y jarilla. El fuego genera un desgrase suave, mientras el humo perfuma a la pieza cárnica, condimentado apenas con una leve salmuera; en una preparación que acentúa el sabor silvestre.
En la villa serrana también se ofrecen diversas recetas de chivito serrano: al disco de arado, con tres horas de cocción y acompañado con una salsa al vino blanco y papas naturales; al horno de barro, cuya particularidad la aporta el jugo de este tipo de cocción; en empanadas, al pozo, en la que el chivito serrano es depositado en un hueco en la tierra durante 12 horas, dentro de una olla de barro; y también como relleno de sorrentinos, lasagna, o como estofado acompañando todo tipo de pastas.