Bhaktapur, parada clave en la ruta comercial entre el Tíbet y la India, es conocida en Nepal como la ciudad de los devotos. Junto a los templos, los palacios y edificios históricos con imponentes tallas de madera cuajan el fascinante entramado medieval de esta pequeña ciudad catalogada como Patrimonio de la Humanidad.
Existen cuatro plazas de Bhaktapur que marcan la guía viajera de la ciudad ubicada a 13 kilómetros de Katmandú capital. Una de ellas es la de Durbar, donde se alza el Palacio Real y un puñado de templos y monumentos desperdigados por todos los rincones.
En realidad, el conjunto palaciego es todo un complejo que llegó a tener 99 patios. Casi todas las miradas se dirigen a la Puerta Dorada, la joya incuestionable. También al llamado palacio de las 55 ventanas (talladas en madera las 55).
En este sitio se destaca el templo Nyatapola, una pagoda de cinco pisos que fue erigida por el rey nepalí Bhupatindra Malla durante cinco meses a finales del año 1701. Es un templo construido y dedicado a Siddha Lakxmi, la diosa hindú de la prosperidad, para proporcionar a los nepaleses un lugar para adorarla.
Se puede llegar a la cima de este templo que se encuentra a unos treinta metros de altura subiendo unas escaleras. Si te das una vuelta por esta plataforma verás que hay estatuas a cada lado.
