Cafayate, cuna del Torrontés, tiene una ruta del vino para turistas especializados y para aquellos no lo son tanto y buscan combinar el recorrido por una bodega con paisajes soñados. Tal es el caso de la Finca Las Nubes de la Bodega Mounier, que si bien se especializan en el vino blanco de tonos dorados como el sol y sabor exquisito, no descuidan el tinto, el más elegido por los argentinos.
Cafayate es epicentro de la ruta vitivinícola salteña, y cuenta con un centenar de bodegas y viñedos para conocer. La elección es difícil ya que todas tienen actividades tentadoras: visitas guiadas por las plantas de producción y los viñedos, degustaciones, la posibilidad de participar en la elaboración del vino y clases dictadas por enólogos.
Los viñedos de la Bodega Finca las Nubes de José Luis Mounier tienen todo lo que busca el turista. La suma de todas las características de Cafayate, tales como la altura, los 18°C de amplitud térmica, los 200 milímetros de lluvias estivales, la calidad del agua y el suelo, permiten alcanzar vinos de gran unicidad y expresión aromática.
En los viñedos, a los que se llega luego de transitar un camino de tierra de 5 km desde el centro de la ciudad, se producen las variedades Torrontés, Cabernet Sauvignon, Malbec y Tannat.
El sueño Mounier, nacido en Mendoza y ex enólogo de Bodega Etchart, se cumplió en 1995 cuando compró una finca de 25 hectáreas y a una altura de 1850 metros sobre el nivel del mar, y cuatro años más tarde sembraron las primeras vides. A partir de 2001, la pasión se hizo vino y las botellas empezaron a estar en el mercado.
Aquellos que hacen la visita, luego de la apasionante explicación sobre la bodega y la historia del vino en nuestro país, pueden optar por quedarse a comer en su bellísima galería con vista al parque verde y las plantaciones de uva. Hay empanadas y tablas de fiambres para acompañar, obviamente, un Finca Las Nubes, por ejemplo, Cabernet Sauvignon.