Los Museos Vaticanos volvieron a recibir público con rigurosas medidas de higiene durante los siete kilómetros de recorrido, con la esperanza de que esta sea la “reapertura definitiva” tras los cierres y las pérdidas millonarias provocadas por el coronavirus.
El cierre de los museos, que le generaban a la Santa Sede 400.000 euros de ingresos diarios antes de la pandemia, fue un duro golpe a unas finanzas vaticanas que en 2020 tuvieron una caída en la recaudación de 48 millones de euros a nivel interanual. La mayor parte de la liquidez del Vaticano proviene de los Museos y de sus propiedades inmobiliarias, también afectadas por la situación de la pandemia y el plan de ayuda a locales comerciales que alquilan propiedades vaticanas impulsado por el Papa.
Entre los museos, lo egipcio expone muchos ejemplos de arte escultórico, sarcófagos y momias, tableta cuneiforme y sellos mesopotámicos. La Pinacoteca de arte cuenta unas obras de Giotto, Caravaggio, Beato Angelico, Perugino, Leonardo, Tiziano y Raffaello. En los Palacios Vaticanos está consentido el acceso a las Habitaciones de Rafael, decoradas con maravillosos frescos que el artista realizó entre 1508 y 1524.
El principal atractivo es la Capilla Sixtina, construída entre 1475 y 1481 durante el papado de Sixto IV de la Rovere, del que tomó el nombre. Una obra maestra realizada por unos grandes artistas como Perugino, Botticelli, Rosselli y Ghirlandaio. La intervención más famosa es, sin duda, la de Miguel Ángel que decoró la bóveda y realizó el Juicio Final, detrás del altar. La Capilla Sixtina es conocida en todo el mundo tanto por su magnífica decoración como por ser el lugar en el que se desarrolla el cónclave.