Sumergirse en un hábitat que no es propio del hombre y donde se descubre un mundo de flora y fauna realmente diversa, abundante y misteriosa, es una experiencia que hay que vivir al menos una vez en la vida. El buceo es un deporte que nos acerca a la otra mitad del mundo, el que el humano no modificó y que guarda un tesoro marino por ser descubierto. Es una actividad relativamente fácil: ni siquiera es necesario saber nadar. Lo importante es trabajar en equipo y poder controlar la respiración, ejercicio que a su vez ayuda a controlar el stress y relajar cuerpo y mente.
RIVIERA MAYA
México es el mejor país para hacer buceo. Prácticamente hay para hacer inmersiones en cada playa a lo largo de la costa que mira al Atlántico. Pero el mejor lugar por su excentricidad y variedad de paisajes submarinos está en la zona de la Riviera Maya y abarca el circuito de Playa del Carmen, la isla de Cozumel y los Cenotes de Yucatán, cavernas con laberintos de ríos y lagos subterráneos. En esta zona se encuentra el mayor arrecife del hemisferio norte, con unos 965 kilómetros de extensión, como también el sistema de ríos sumergidos más largo del planeta y la mayor concentración conocida de tiburones ballena.
Los arrecifes de Playa del Carmen están dentro de la segunda barrera coralina más grande del mundo. Allí se encuentran tortugas marinas por doquier y se pueden hacer inmersiones nocturnas entre los peces que tienen vida activa de noche y el plancton bioluminiscente con luz propia. Sumergirse en Playa del Carmen es una opción ideal para buceadores de todos los niveles. También es de fácil acceso para los turistas que quieren tener un primer acercamiento con el mundo marino.
Los Cenotes de Yucatán están en medio de la selva. Se accede a través de pequeñas lagunas rodeadas de espesa vegetación. La temperatura del agua es de unos 24°C, se bucea a poca profundidad y con abundante luz natural lo que hace que la claridad del agua sea total, dando la sensación de que los buceadores vuelan en vez de nadar.
Por último, para acceder a la Isla Cozumel es necesario cruzar en un ferry que tarda unos 40 minutos para poder ver de cerca manta rayas, tortugas, esponjas de todos colores y explorar el Arrecife Mesoamericano que es el más grande del hemisferio oeste.
ISLAS GALÁPAGOS
Estas islas forman parte de un archipiélago que dista 972 kilómetros de la costa de Ecuador. Cuentan con dos aeropuertos: uno en la isla San Cristóbal y otro en Baltra. Para hacer buceo, conviene tomar un vuelo desde Guayaquil que tarda 25 minutos, o bien ir directamente y hospedarse en las islas.
La visita a Galápagos es muy recomendable entre diciembre y junio, porque es cuando el agua está más templada a pesar de que es la temporada de lluvias. Este destino es ideal para buzos ya experimentados porque suele haber oleajes y hay que descender a una importante profundidad. Pero vale la pena, porque las especies de fauna y flora se desarrollaron en un ambiente extremo que se creó como consecuencias de la actividad volcánica y que permitió el crecimiento de especies endémicas propias de las islas. Allí, el turista podrá nadar con tortugas gigantes, focas, cangrejos, estrellas de mar, rayas y miles de peces.
Uno de los mejores lugares para sumergirse son las Rocas Gordón, un sitio de buceo extraordinario, donde se puede bañarse con grandes cardúmenes de tiburones martillo que son la atracción principal del lugar, y también con manta rayas y tortugas marinas.
ISLA DE PASCUA
Esta isla chilena, ubicada en la Polinesia, es atractiva para el turismo por su misteriosa cultura de la ancestral etnia rapanui. Es la isla habitada más aislada del planeta y es un Parque Nacional declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1995. Al igual que en las islas Galápagos, allí hay que pagar para ingresar. En este caso, 60 dólares.
Bucear allí es una experiencia inolvidable como consecuencia del paisaje submarino compuesto de cavernas, arcos, acantilados y plataformas de lava que quedaron de antiguas actividades volcánicas. La flora y fauna marina es única a raíz del aislamiento de la isla, y sobretodo, impresiona la claridad de sus aguas que pueden llegar a permitirle al buzo tener 80 metros de visibilidad. También se pueden encontrar restos de las estatuas moai, esculturas talladas por los primeros habitantes de la zona que son el símbolo de la Isla de Pascua. Hay más de 900 distribuidas por toda la isla, su significado es incierto aún y se cree que fueron talladas entre los siglos IX y XVI.
SAN ANDRÉS
Esta isla ubicada en pleno mar Caribe pertenece a Colombia pero queda a 700 kilómetros del país mientras que muy cerca de la costa nicaragüense. El archipiélago se formó sobre un arrecife natural, incluso las playas son de arena coralina.
La isla de San Andrés cuenta con las barreras de arrecifes más extensas del país y con el mar de los Siete Colores, que se convierte en el paraíso si se suma su temperatura cálida que promedia en 29°C durante todo el año. La gran presencia de arrecifes coralinos cuando son penetrados por la luz del sol, reflejan diferentes tonalidades que combinan turquesas, celestes, azules y verdes.
En este mar, practicar buceo es una experiencia fascinante porque los colores que se aprecian desde el avión luego se viven en carne propia. Sin corrientes ni olas, permiten a los turistas hacer un buceo relajado. La joyita del lugar es la Blue Wall o Pared Azul. La isla presenta un característico anillo de coral, de baja profundidad, que la rodea. Al final del anillo se presenta una abrupta caída hacia el fondo que puede llegar a tener 100 metros y es el sitio perfecto para practicar buceo.
La Blue Wall tiene una grieta, el Agujero Azul, de 15 metros de profundidad donde se pueden observar extrañas formas de la roca y las grutas formadas por la erosión. Al final del recorrido hay una caverna que a contraluz con el mar abierto se ilumina de un azul profundo muy llamativo.