México, un país por excelencia turístico, con una diversidad geográfica selecta y heterogénea, sufre actualmente con el “sargazo” en sus playas más icónicas, como lo son Cancún, Playa del Carmen y Tulum.
Estos lugares han cambiado las actividades turísticas por las palas y el trabajo sin descanso para limpiar las costas. En 2011, 2015 y en 2018 esta zona ya vivió el ataque del sargazo; sin embargo, la experiencia no ha servido para contener un nuevo problema ambiental.
Pero, ¿qué es el sargazo? Es una macro alga color marrón que se encuentra en la superficie marina y es arrastrada por las corrientes del océano Atlántico a las playas del Caribe. Sumado a la pandemia, el sargazo es la una gran amenaza para la reactivación del turismo del Caribe mexicano.
La situación en Cancún todavía no tiene ribetes extremos, no ha tenido grandes cancelaciones en sus reservas, pero si en Playa del Carmen y Tulum, donde está presentando un mayor impacto. La alerta de la secretaria de Marina (SEMAR) en Tulum, las inmediaciones de Playa del Carmen, Puerto Morelos y la costa sur de Cozumel la mantiene en altos niveles.
Islas Mujeres, otro de sus destinos más elegidos, también continúa recibiendo grandes cantidades de sargazo. Por eso, los clubes de playa más visitados han optado por implementar actividades dentro de sus instalaciones.
Una vez que llega a las costas y se comienza a almacenar en las playas, se produce la descomposición de la materia orgánica. Además del olor fétido, la putrefacción de las algas genera lixiviados, ácido sulfídrico y arsénico que puede contaminar los suelos y los ecosistemas. Cuando las algas están en suspensión hacen que el agua esté turbia e impiden la fotosíntesis de otras especies de algas y pastos marinos.