Nada fue fácil para los inmigrantes que llegaron a la provincia de Entre Ríos a mediados del siglo XIX en búsqueda de un futuro mejor, cuando estaba todo por hacer en esas tierras. Suizos, franceses e italianos arribaron en una campaña promovida por el entonces el presidente de la Confederación Argentina, Justo José de Urquiza y nutrieron de matices inimaginables a lo que son las localidades de Colón y San José, una región que hoy se erige como atractivo turístico ineludible.
La historia cuenta que el contingente que fundó la colonia San José provino del pueblo suizo de Sion. Partió del puerto de Amberes a principios de mayo de 1857, y el 2 de julio desembarcó en las costas del Río Uruguay. Eran tan sólo 108 almas en un pequeño velero, a la que se sumaron luego algo más de 400 con gente oriunda de Alta Saboya (Francia), Piamonte (Italia) y Valais (Suiza). En el primero de esos barcos iban un capitán, ocho marineros y un médico. Y según describen los textos recuperados de Johann Bodenmann, quien fue parte del viaje, dormían hasta seis personas en una misma cama.
Esos 530 colonos en total iban a ir a Corrientes, pero la demora se hacía eterna (estuvieron unos 40 días demorados en tierra), por lo que intervino Urquiza, quien decidió establecerlos en tierras de su propiedad como contratista privado. Por encargo su encargo, el agrimensor Carlos Sourigues delimitó hectáreas de campo cercanas al Río Uruguay para que colonos provenientes del cantón Valais de Suiza, el Piamonte italiano y la región de Saboya en Francia, pudieran establecerse.
Actualmente, Colón forma parte de la micro región turística “Tierra de Palmares”, empero, siglo y medio atrás, fue precisamente este asentamiento el que hizo punta en la colonización de estas tierras. San José se fundó primero, en 1857, para brindarle un carácter institucional a la colonia. Además de un hermosísimo balneario y un parque termal de los mejores del país, la ciudad de unos 20 mil habitantes ubicada sobre la ruta 14 y bañada por el río Uruguay, cuenta entre otros atractivos con un museo que refleja cada paso que dieron los inmigrantes en esta tierra de palmares. Colón, entretanto, fue fundada en 1863, para brindarle a la región el necesario puerto que comercializara esos primeros productos agrícolas que se empezaban a desarrollar.
Los inmigrantes hablaban francés, alemán e italiano; algunos eran católicos, otros protestantes. Antiguos documentos dan cuenta de la creación de rectas normas en pos de una convivencia democrática. La prohibición de venta de bebidas alcohólicas y la contribución de trabajo personal en obras públicas, fueron algunas de las pautas acordadas.
Primeros pasos
En esos inicios, Urquiza le encarga al intelectual francés Alejo Peyret, que administre la flamante colonia agrícola. Éste quedó a cargo de la Casa de Administración, primera intendencia organizada de Entre Ríos, primer registro civil del país, base institucional de la colonia San José y actualmente un testimonio vivo de los primeros migrantes que puede visitarse.
La casa está en un predio de 60 hectáreas que es también una granja ecológica con una laguna en la que viven, en su hábitat natural, peces, patos, carpinchos, caballos, ciervos y diversas especies de aves. También cuenta con una quesería artesanal y una pulpería antigua, en la que pueden adquirir chorizos de campo, mermeladas, escabeches y vinos pateros. Se organizan cabalgatas y es común que grupos de amigos y familias cada semana lleguen para reunirse en su quincho. Todos los días del año, la Casa de Administración cuenta con visitas guiadas, que dan cuenta de la singular historia de esta inaugural colonia de migrantes. Entre los elementos más curiosos que posee este museo, están los escudos representativos de las primeras familias, que a mediados del siglo XIX oficiaban de documentos de identidad para los colonos.
A 200 metros del antiguo camino de ripio que, colmado de tipas que esgrimían una especie de galería, conectaba San José con Colón, y a medio kilómetro de la Casa de Administración, se encuentra el Molino Forclaz, insoslayable atractivo turístico que representa a los primeros colonos y carga sobre su espalda una historia de esfuerzo con ribetes trágicos.
Levantado entre 1888 y 1890 por el suizo Juan Bautista Forclaz, uno de los inmigrantes establecidos en la zona, este quijotesco molino de viento le ocasionó su ruina ya que nunca funcionó como lo planificó, pero en la actualidad esta atracción convertida en Monumento Histórico Nacional recibe a cientos de turistas. El molino, de paredes circulares de doce metros de altura con tres entrepisos en el interior, está hecho con piedra mora, la misma que la Basílica de Luján, y dejó de funcionar diez años después de su inauguración. Su construcción costó lo equivalente a tres estancias y allí, como en los comentarios de la gente del pueblo, residió su enfermedad. A las dificultades económicas, se sumó la depresión. Y a los 44 años, Forclaz murió de tristeza sin haber cumplido su sueño.
Ambas localidades cuentan con respectivos museos históricos regionales, que dan cuenta del origen de estas comunidades y de los contextos en los que se desarrollaron. El de San José, sobre la calle Urquiza, se empezó a pensar en 1957, para el centenario de la Colonia. En un casa antigua de una familia tradicional de la ciudad, hay guardadas más de 12 mil piezas, aunque por una cuestión de espacio se van mostrando un 30 por ciento de ese total y la rotación hace que visitarlo nunca represente lo mismo. Máquinas, herramientas, atuendos, fotos y documentos atraen cada año a miles de turistas.
Por su parte, el Museo Histórico Regional de Colón, en su edificio de la calle 12 de abril, contiene restos fósiles encontrados en la zona; rastros arqueológicos de los pueblos originarios que poblaron la región; registros de la fundación de la ciudad, como puerto favorecedor del comercio de los incipientes productos regionales; herramientas, muebles y piezas de arte de los siglos XIX y XX; reconocimientos a personalidades de la historia de la ciudad, deportistas, artistas; y una sala dedicada a la tarea realizada por el ex gobernador entrerriano Herminio Quirós.