El balneario “Ojo de Agua”, ubicado a solo 3 mil metros de la localidad de Uriburu, en la provincia de La Pampa, es un sitio ideal para el descanso y recuperarse de los estragos de un año muy complejo por el coronavirus. Allí, visitantes podrán bañarse en ese espejo de agua salada, practicar deportes acuáticos, disfrutar de la naturaleza recorriendo el caldenal y del avistaje de más de 80 especies de aves, recursos naturales que convierten a la laguna en un lugar turístico único en la zona.
Ojo de Agua está ubicado a unos 45 kilómetros de Santa Rosa y cobró auge a partir de que la laguna capitalina Don Tomás sufriera una contaminación que obligó a los amantes de los deportes acuáticos a buscar temporalmente nuevos horizontes.
“Debajo de ella, hay un yacimiento arqueológico con piezas que fueron encontradas y datan de 6 mil a 7 mil años, fue una zona habitada por ranqueles, el hallazgo de estas piezas evidencia la preexistencia de los mismos, por eso se preserva el lugar, para avanzar en la investigación que desarrollaron entre febrero y marzo especialistas en la materia”, comentó.
Uriburu es un pueblo de 1500 habitantes que está rodeado por varias lagunas; fueron esas características las que convocaron a cazadores-recolectores de los pueblos originarios y así lo demuestran los últimos hallazgos arqueológicos. En la localidad existen seis lagunas y algunas son de características permanente y otras semipermanentes y por su ubicación geográfica unas tuvieron más trascendencia que otras a lo largo de la historia.
Entre las importantes “podríamos citar la que se encuentra en el paraje ‘Lonco May’ que la cruza la rastrillada de Pincén y donde el Ejército marcó línea de frontera con el Fortín ‘Lonco May’ también escrito por otros ‘Longomay’, laguna esta última donde pasó su primera noche como prisionero el cacique Pincén”, explicó el intendente de Uriburu, Pascual Fernández.
El predio tiene 140 hectáreas, la laguna tiene 3000 metros de largo por 600 ancho, con una profundidad de 1,80 y un piso muy parejo, las playas son arenosas y es una reserva natural protegida, razón por la cual no se llevan a cabo shows musicales, porque en ella habitan más de 80 especies de aves que pueden observarse revoloteando por ese espejo de agua, y atraen la mirada de los miles de visitantes que año a año concurren al lugar.
“Esta laguna, que originariamente se llamó ‘La Gaviota’ y que figura en planos elaborados entre 1876 y 1882 es una laguna algo salada, la cruza una rastrillada que viene del camino de Pincén y según estudios que llevamos adelante, va en dirección a Ataliva Roca para después seguir a Perú y de ahí al río Colorado hasta llegar al camino de los Chilenos”, explicó el funcionario.
El complejo cuenta con parrillas, zona de playa, baños, buffet, luz eléctrica y bancos para responder a la demanda, y se habilita con un protocolo acordado en tiempos de pandemia, con un ingreso que debe ser solicitado a través de una app y con una cantidad que no supere las 400 personas, cuando en temporadas anteriores la afluencia turística superó las 4.000 personas.