Una vuelta por la provincia de la chacarera, el bombo legüero y los grandes folcloristas. Con base en la capital provincial, Santiago del Estero invita a los viajeros a descubrir sus bellos paisajes abrazados por costumbres ancestrales.
Enclavada a orillas del río Dulce, Santiago del Estero es la capital de la provincia del mismo nombre, fue fundada en 1553 y es actualmente la más antigua de Argentina. Con un clima cálido y seco, es elegido por viajeros que gustan del contacto con los lugareños y así hurgar en las profundas raíces e idiosincrasia local.
Durante los siglos XVI y XVII fue centro de la conquista española y de ella surgieron las expediciones que fundaron diversas ciudades. Por ser la más antigua y líder en la tarea evangelizadora, Felipe II la designó receptora en el Nuevo Mundo del Santo Sudario, que comparte con el de Turín y el de la catedral francesa de Chamberry la peculiaridad de tener en sus pliegues las marcas del cuerpo de Cristo, tal como fue sepultado al ser bajado de la cruz. La Sábana Santa, como la llaman en Santiago, fue resguardada por los jesuitas hasta su expulsión de América en el siglo XVIII, y hoy, puesta entre dos vidrios, puede contemplársela en el Convento de Santo Domingo, a cinco cuadras de la plaza principal.
A lo largo de la ciudad donde nació la primera diócesis de la nación y, con ella, la primera catedral, uno encuentra peñas folclóricas en las que puede descubrir voces de grandes artistas. La chacarera es la estrella de la zona y así supo difundirlo Andrés Chazarreta (1876-1960), investigador y primer recopilador de la “música del monte”. En casi todas las casas hay bombos y guitarras, y los viajeros reconocen en las letras historias y detalles de todo lo que están aprendiendo y de la idiosincrasia de los santiagueños.
Muchos viajeros comienzan el recorrido por la arquitectura monumental y distintiva de Santiago. Una caminata por la plaza principal, llamada Libertad, da muestra de los edificios más representativos y antiguos de la zona y cada uno tiene algo que contar. Nombrado en varias chacareras, el Puente Carretero que une a Santiago con La Banda es otra impresionante muestra de lo que puede hacer el hombre.
Otra visita ineludible es ir a la Basílica Menor, frente a la plaza, ya que es la primera catedral erigida en Argentina -data de la segunda mitad del siglo XVI-; de etilo neoclásico, con columnas y capiteles corintios, en su interior conserva importantes reliquias religiosas, razón por la cual ha sido declarada Monumento Histórico Nacional.
Santiago del Estero también posee el Museo Arqueológico Regional, considerado el más valioso en su especialidad en Argentina; el Parque Aguirre, importante pulmón verde junto al río, utilizado como centro de recreación, que reúne en su predio las instalaciones del balneario municipal y un zoológico-vivero; y la Costanera del Río Dulce, con una fascinante vista panorámica que incluye los tres puentes que la unen con La Banda. Importantes instalaciones, áreas acondicionadas para el acampe, el polideportivo municipal, el Club Hípico, el Club de Caza y Pesca y el Golf Club Santiago del Estero, se diseminan a lo largo de la ribera sumando al atractivo numerosas opciones recreativas.
Escapadas
A 8 kilómetros de la Capital se encuentra la ciudad de La Banda, conocida como la “Cuna de poetas y cantores”. Unida por el puente carretero, allí nacieron folcloristas, poetas, bailarines, artistas, escultores, entre otros, que a través de su labor diaria, plasman y difunden nuestra cultura ancestral de la provincia.
El Festival Nacional de la Salamanca y la Fiesta de cumpleaños de la abuela María Luisa Carabajal son dos de los eventos más destacados de la ciudad que reúne a miles de personas de todo el país.
En tanto, el principal centro termal de América latina está en Río Hondo, donde las aguas ya eran aprovechadas por los Incas. Sus minerales son de gran valor curativo y su uso terapéutico se aplica en afecciones reumáticas y cardiovasculares, el sistema muscular y articular, arteriosclerosis y anti estrés. La ciudad cuenta con más de 170 hoteles de distintas categorías –todos con agua termal–, y vive en festivales artísticos, peñas y el casino, además de museos y lugares históricos. Desde hace unos años, con la inauguración de un puente que permite llegar a la Reserva Natural Tara Inti, el paseo costanero, el parque Agua Santa, el aeropuerto y el autódromo, la ciudad luce muy mejorada.