Casi 60.000 viajeros españoles participaron en una encuesta realizada por Lonely Planet a través de Instagram, y eligieron a Cadaqués, la localidad de la Costa Brava como la preferida. La idea era seleccionar a los pueblos costeros más bonitos, y este destino oriental de la Península Ibérica, dejó en el segundo puesto a Cudillero, en Asturias.
A Cadaqués, una pequeña localidad de viviendas blancas junto al agua en pleno Cabo de Creus, se llega vía terrestre o por barco. Es, sin duda, el lugar donde mejor puede comprenderse la obra y el origen de la inspiración del excéntrico Salvador Dalí.
Su casco antiguo, con las flores llenándolo todo de color y su característico pavimento hecho con piedras tomadas cerca del mar que han sido modeladas por el vaivén de las olas han convertido a esta localidad de Girona en todo un referente turístico. Su estructura laberíntica invita a perderse por él.
Es en este entorno donde se halla la Casa-Museo Salvador Dalí, en el paraje de Portlligat. Esta estructura de casitas de pescadores fue el principal refugio del artista, su taller y residencia habitual, y en ella pintó la mayoría de sus grandes obras. En medio de un laberinto de pasillos estrechos, recorridos sin salida, habitaciones decoradas con objetos y recuerdos del genio, este escenario típicamente mediterráneo enamoró a Dalí por su luz y su paisaje.
Por fuera del sello Dalí, hay mucho por disfrutar en esta región. Al fondo de la bahía de Cadaqués se eleva el angosto entramado de callejuelas empedradas y casas blancas que configura su casco histórico. Sobre el perfil de la villa destaca la imagen de la iglesia de Santa María (siglo XVI), templo de blanca fachada y cuidadosamente restaurado que alberga un magnífico retablo de estilo barroco.
Por su parte, la arquitectura modernista ha dejado su peculiar impronta en algunas de los edificios más notables de la ciudad, como la Casa Serinyena. Además, tiene una rica tradición gastronómica: se pueden degustar toda clase de pescados y se producen gran cantidad de vinos, rosados pero también dulces y tintos. Con una población que roza los 3.000 habitantes, el turismo es la base de su economía.
Tras Cadaqués, los viajeros han situado en segunda posición, Cudillero, un pueblo marinero de la costa asturiana de una belleza distinta, aunque indiscutible. Declarada conjunto histórico artístico, la localidad es una des más inmortalizadas de la costa cantábrica por los instagramers. Sus casas de colores ofrecen desde el puerto una visión singular, que algunos comparan con Cinque Terre, la bucólica villa italiana. El palacio de Selgas, el mirador de Garita, la playa del Silencio y sus numerosas tabernas enamoran a cuantos la visitan.
Llastres, entretanto, ocupa el tercer lugar. Entre calles estrechas, empinadas y empedradas, las viviendas parecen colgar hacia el abismo y se reflejan en el mar. Los alegres colores de sus casas, su actividad pesquera, su gastronomía y la cordialidad de su gente, hacen de este poblado del concejo de Colunga, uno de los sitios con mayor encanto de España.