Porto de Galinhas
Porto de Galinhas es considerado por los turistas como el Caribe Brasilero. Las bellezas naturales, la infraestructura y la facilidad de acceso colocan al destino a un nivel semejante a las playas del Caribe. El agua es transparente y, en algunos puntos, tan calma que hasta parece una piscina. Los hoteles son de primera categoría y la comida es deliciosa y abundante. En el mar, entre una y otra zambullida, se pueden observar peces de colores y áreas de naufragios.
El transporte, las comidas y el hospedaje a un menor costo es otro punto favorable. Los paseos en Porto de Galinhas pueden ser semejantes o hasta mejores, como visitar las piscinas naturales, pasar una tarde tranquila en la playa de Muro Alto o vivir la adrenalina con un jet ski en la playa de Maracaípe. Una de las atracciones más solicitadas es un breve paseo en balsa hasta las piscinas naturales donde se pueden observar peces fácilmente.
Para aquellos que les gusta bucear, la costa tiene mucho que ofrecer y una óptima visibilidad. Hay formaciones naturales, embarcaciones hundidas de hace más de 300 años y remolcadores a una profundidad de hasta 32 metros.
Praia Lopes Mendes
Una de las playas más bonitas de todo el litoral brasilero está en Ilha Grande y se llama Lopes Mendes. Está localizada del lado oceánico de la isla, del lado sur. Su playa mide aproximadamente 3 kilómetros y es de arena blanca, muy fina, de esas que parece talco.
El mar es color celeste en partes, en otras verdes pero siempre transparentes como vidriadas, con olas grandes ideales para el surf porque la playa por decenas de metros se mantiene con baja profundidad lo que le dan buen recorrido a las ondas. Sus aguas cálidas permiten pasar horas disfrutando del mar.
Además, la playa cuenta con un río de agua dulce y mucha sombra natural bajo las ramas de sus típicas “amendoeiras”, y es un paisaje cinematográfico donde se realizan caminatas por senderos entre la selva, se visita una antigua capilla y se puede andar en bicicleta por la playa porque la arena es tan fina que resulta dura.
Baia do Sancho
Baia do Sancho, en el archipiélago Fernando de Noronha, es uno de esos destinos que saltan cuando se arma un ranking con las mejores playas del mundo. A 545 km de Recife y 360 km de Natal, la isla principal -y la única habitada- cuenta con varias playas increíbles para hacer buceo o snorkel por la visibilidad de sus aguas y la variedad de la fauna marina.
En el caso de Baia do Sancho, tiene la particularidad de que se llega en barco o por un sendero selvático que demanda cierta exigencia física: hay que bajar escaleras entre rocas gigantes y escalones de piedra en los paredones de los acantilados. El mar es turquesa, cálido, sin olas, con piscinas naturales.