Al norte de España, una pequeña comunidad (Cantabria), que sólo tiene una gran ciudad, Santander, y varios poblados, combina la magia del bravo Mar Cantábrico con los misterios nevados de los Picos de Europa, separados a un poco más de una hora de distancia. Un conjuro a los espíritus del ocio y el buen vivir que impregna de sensaciones y experiencias al turista que busca combinar naturaleza y modernidad.
Dejando a un lado la elegancia de estilo Belle Époque de El Sardinero, la Santander moderna no es una de las ciudades más bellas que existen. Es que un devastador incendio arrasó el centro urbano en 1941, dejando en pie pocos edificios antiguos o pintorescos. Pero aun así la capital de Cantabria es un lugar cautivador que saca partido a su ubicación en el lado norte de la bella bahía de Santander. La actitud innovadora de la ciudad tiene su reflejo en el sorprendente y moderno Centro Botín, inaugurado en el paseo marítimo a mediados de 2017.
Santander es una ciudad alegre donde pasar un par de noches, con playas urbanas bonitas, calles comerciales concurridas, una intensa oferta de bares y restaurantes, mucho surf y algunas atracciones culturales fascinantes. Es tremendamente popular como clásico destino de vacaciones de verano.
Por eso, no es casual que durante 27 años, de 1913 a 1930, la Familia Real española haya elegido la ciudad de Santander como su lugar de vacaciones, todo los veranos, en el Palacio de la Magdalena, un lugar emblemático que hoy también se utiliza como sede de congresos y convenciones, otro de los segmentos turísticos en que la urbe cantábrica quiere posicionarse. La entrada al recinto, una península de 25 hectáreas en la bahía, es libre de 8 a 22 horas, pero no se permite la entrada de vehículos.
Al caminar por la calle Hernán Cortes, se llega a la Plaza Porticada, uno de los lugares con más vida y todo un símbolo, ya que se construyó para ser el nuevo centro de la ciudad después del incendio. Al lado, se encuentra la Iglesia del Cristo y la Catedral de Santander, frente a la Iglesia de la Compañía. La construcción de la parte baja (Iglesia del Cristo) data del siglo XII y es lo más antiguo de la ciudad, en su subsuelo se encontraron restos romanos. El grueso de la catedral es del siglo XIII, pero ha sufrido transformaciones posteriores.
Sobre los jardines de Pereda, aparecen el Banco de Santander y el Palacete del Embarcadero, edificio con excelentes vistas a la bahía. En ella se localizan el puerto pesquero y el Puerto Chico, así como diversas dependencias marítimas. A la imagen de mansiones y edificios burgueses que miran a la bahía se une la de otros edificios de carácter cultural. Entre ellos destaca el Palacio de Festivales, construido en 1985 y actual sede del prestigioso Festival Internacional de Santander.
En la Santander más turística se halla El Sardinero. Frente a esta célebre playa se puede disfrutar de uno de los paseos marítimos más bellos de España, con suntuosos edificios, como el Gran Casino. Se trata de un ejemplo de arquitectura de la Belle Époque, momento de máximo esplendor de la ciudad. Construido en 1916, en solo un año, tiene una gran escalinata y terrazas. En tanto, la Plaza de Italia, con sus elegantes y animadas terrazas veraniegas, y los Jardines de Piquío, que se asientan sobre un entrante rocoso que marca la separación de las dos playas de El Sardinero, completan el entorno.
El dato
Faltaban dos horas para la medianoche cuando el 15 de febrero de 1941 un pequeño incendio en una casa de la céntrica calle de Cádiz fue el inicio de la tragedia. Un intenso viento hizo que las llamas viajaran rápidamente y sin control. El fuego duró tres días y arrasó 120 mil metros cuadrados del Santander más antiguo y el 90 por ciento de los comercios. Diez mil personas perdieron sus casas, y en total, se desplomaron 377 edificios.
TU GUÍA
Cuánto cuesta
Los vuelos a Santander desde Buenos Aires en el verano español cuestan desde los US$ 1.800. Una opción más económica puede ser viajar a Madrid y desde allí ir en tren hasta Santander por unos US$ 50.
Cuándo ir
Entre mayo y agosto es la época más apacible del año: sube la temperatura del agua del mar hasta los 20 grados centígrados. Entre las celebraciones de verano en Cantabria están las Hogueras de San Juan y las fiestas patronales.