Asientos centrales vacíos, tests rápidos, trámites digitales y modificaciones en el servicio a bordo son algunos de los cambios que veremos cuando los aviones vuelvan al aire. En el caso argentino, recién a partir del 1° de septiembre, en principio, se podrá empezar a volar. O al menos, recién para esa fecha el Gobierno estableció que se pueden vender pasajes.
Emirates fue la primera aerolínea en apostar por tests rápidos de sangre para todos sus pasajeros. Otras empresas, como Delta Airlines, easyJet o Wizz aceptan llevar menos pasajeros en sus aviones para permitir el distanciamiento, y hay empresas que piensan en nuevos diseños de asientos que eviten los contagios.
Con distintas medidas, las líneas aéreas del mundo buscan maneras de generar confianza en los pasajeros y adaptarse a la nueva situación mundial que generó la pandemia de coronavirus. Y las acciones que están llevando adelante nos pueden dar una buena idea de cómo serán los viajes en avión en la “era pos coronavirus”.
A esto se sumó que la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) trabaja en una “hoja de ruta para reiniciar de forma segura la aviación” luego de que pase la pandemia. La industria turística y aérea, las primeras afectadas por la crisis, tendrán que rever sus protocolos a la hora de iniciar nuevamente la actividad. De esta forma, muchas conductas cambiarán y afectarán directamente a los pasajeros, quienes se tendrán que adaptar a las próximas reglas que regirán el mundo del transporte aéreo.
De acuerdo al documento de IATA, los principales puntos que cambiarán son:
1. Se recogerán más detalles de información de contacto del pasajero, que se podrá utilizar para fines de rastreo. Siempre que sea posible, los datos deben completarse en formulario electrónico y antes de que la persona llegue al aeropuerto.
2. Se hará control de temperatura. Se realizará en todos los puntos de entrada de las terminales en los aeropuertos.
3. Distanciamiento físico. Entrará en vigencia de acuerdo a las normas de distanciamiento que rijan en cada lugar, pero la IATA sugiere una separación de entre uno y dos metros. Para poder cumplirse, deberá reorganizarse la disposición del flujo de pasajeros en los aeropuertos y en los puestos de control y migraciones. Sin dudas, estas medidas de distanciamiento social serán las más notorias para los viajeros, y afectarán los procesos logísticos de las aerolíneas en cuando a embarque y desembarque, comidas a bordo y equipaje permitido en la cabina.
Según la IATA, mantener la distancia social podría encarecer el precio de los pasajes al menos un 50%, lo que supondría el fin de algunos modelos de negocio low cost. Es que mantener la separación física en los aviones implicaría tener que dejar un tercio del avión vacío y, por ende, vender menos pasajes.
La aerolínea American Airlines va a salir a ofrecer vuelos con asientos libres entre pasajeros y también está evaluando utilizar el sistema de separadores transparentes. La línea estadounidense retomará los vuelos hacia Chile y Brasil el 4 de junio. Aunque no podrá hacerlo hacia nuestro país al menos hasta el 1° de septiembre. Hasta el comienzo de la pandemia, American era la aerolínea extranjera con más vuelos hacia la Argentina, con hasta siete vuelos diarios con los aeropuertos de Ezeiza y Córdoba.
4. Se recomienda el uso de tapabocas para pasajeros y de equipo de protección para el personal de las aerolíneas y aeropuertos. Ahora bien, lo cierto es que la recomendación en algunos casos ya es obligación. Tres de las principales aerolíneas de los Estados Unidos -American Airlines, Delta y United- anunciaron que los pasajeros que aborden sus vuelos deberán usar mascarillas. Air Asia también pide usarlo en todo momento.
5. Aerolíneas, aeropuertos y gobiernos deberán aunar esfuerzos para asegurar que los equipos e infraestructura sean desinfectados y mantengan su limpieza con frecuencia.
6. Si bien IATA advierte que no existen todavía test rápidos y absolutamente confiables, recomiendan su uso. La dubaití Emirates fue la primera aerolínea en apostar por tests rápidos de sangre para todos sus pasajeros. Mientras que Iberia lo implementó para sus trabajadores.
7. Si un pasajero puede documentar que estuvo infectado con Covid-19 y que se recuperó podría ser eximido de algunas medidas de protección como la obligación de uso de tapabocas o los controles de temperatura. De todos modos, IATA asegura que esto dependerá de que la ciencia obtenga resultados concluyentes respecto de la inmunidad generada tras el contagio del nuevo coronavirus.
8. Los pasajeros deberán realizar la mayor parte del check-in antes de llegar al aeropuerto y podrán embarcar mostrando los tickets en sus celulares o cualquier dispositivo móvil que lleven o impresos en su casa.
9. El despacho de equipaje será realizado por los pasajeros: el personal de las aerolíneas deberá guiar a los pasajeros para que puedan despachar ellos mismos su equipaje, minimizando la interacción humana y la manipulación de objetos.
Mientras que dentro del avión ya muchas compañías también avanzaron en medidas para los pasajeros. Por ejemplo, Emirates retiró los materiales de lectura impresos a bordo y modificó el packaging y presentación de los alimentos, además de limitar el equipaje de mano: los productos artículos permitidos en la cabina se limitan a computadoras portátiles, bolsos, maletines o productos para bebés. Todo lo demás debe despacharse, por lo que se agrega la franquicia de equipaje de mano a la de equipaje despachado. Y Delta Airlines, que además de reducir el servicio de alimentos y bebidas a bordo como forma de disminuir los puntos de contacto entre pasajeros y tripulantes, bloqueó los asientos centrales en todos sus vuelos.
10. Cambiará la forma de realizar el embarque. Será necesario un proceso ordenado que asegure el distanciamiento físico. Para eso, posiblemente, deban rediseñar los espacios y las puertas de embarque. En este punto, Delta Airlines, por ejemplo, puso en pausa los ascensos automáticos de cortesía para miembros Medallion y modificó el proceso de embarque para abordar por fila, comenzando por la parte trasera.
Según IATA, la posibilidad de que un pasajero contagie a otro en un vuelo es muy baja por la dirección del flujo de aire a bordo y por la disposición de los asientos. De esta forma, no sería necesario dejar un asiento libre para mantener la distancia arriba del avión. Sin embargo, sí recomiendan el uso de máscaras faciales para los pasajeros. Los tripulantes, por su parte, deberán ofrecer toallitas desinfectantes para que los viajeros limpien sus espacios.
11. Al momento del desembarque, se controlará la temperatura de los pasajeros al descender del avión.
12. Nuevas formas de realizar control de fronteras y aduana. Los gobiernos deberán considerar opciones electrónicas de declaraciones juradas (con aplicaciones móviles y códigos QR por ejemplo) para minimizar el contacto de persona a persona. Se sugiere que los gobiernos “simplifiquen las formalidades del control fronterizo” para reemplazar procesos físicos por otros virtuales (lectura del pasaporte, reconocimiento facial, etc.).
13. La recolección de equipaje se deberá hacer de forma rápida y asegurar que los pasajeros no estén obligados a esperar demasiado tiempo en el área de reclamo de equipaje y puedan mantener la distancia.
14. En el tema escalas también se esperan cambios. La cooperación entre países será clave para poder tomar como válidas las instancias de control realizadas en el aeropuerto de origen y evitar repetirlas íntegramente en las escalas subsiguientes.