A más 18 mil kilómetros de Buenos Aires, China se levanta como una potencia que siempre despierta curiosidad. Entre paisajes únicos y una rica cultura, este país, de gente amable, tiene rincones imperdibles para descubrir. Al planificar, es crucial considerar las distancias, el clima de la época de visita, el proceso de solicitud de visa y las diferencias culturales, entre otras cuestiones.
Jiangxi es una de las 22 provincias de China. Debido a sus hermosos parajes naturales, es una de las más verdes del país. Rica en recursos naturales, posee fértiles tierras así como una gran cantidad de bosques y recursos minerales. Es una de las mayores productoras de arroz, madera y bambú del país y es famosa por su producción de té. Su capital es Nanchang.
Las fachadas de los rascacielos amontonados en la orilla del río Ganjiang, que cruza la ciudad capital de algo más de 5 millones de habitantes en el sureste de China, se llenan de imágenes virtuales y luces casi psicodélicas. Las autoridades locales venden este espectáculo de luces como el gran atractivo para el turista que visita la Ciudad de los Héroes, título con el que el líder chino Mao Zedong bautizó a Nanchang, por el papel que tuvo en la construcción del Ejército Rojo comunista y las batallas que allí sucedieron durante la Guerra Civil.
También Nanchang es conocida como la “capital de la porcelana”, ya que conserva uno de los tesoros de Jiangxi por su tradición como productora de cerámica de calidad durante más de mil años.
Mientras que una escapada natural e increíble es conocer la montaña Longhu en balsas de bambú, en Yingtan, en la provincia de Jiangxi. Declarada Geoparque Global por la UNESCO, montaña es un sitio natural incluido en la Lista del Patrimonio Mundial y uno de los lugares de nacimiento del taoísmo en China.