martes, 3 diciembre, 2024
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Sudeste asiático: explosión de emociones

Entre templos increíbles, plantaciones de arroz, playas paradisíacas y pueblos detenidos en el tiempo, el sudeste asiático es una de las zonas más fascinantes del mundo para descubrir. Además de una cultura milenaria que cautiva al viajero, cada uno de los países presume de tener una naturaleza atrapante, personas que siempre dan la bienvenida manera cálida y costumbres que suelen estar lejos de las nuestras.

La paz y sabiduría milenaria conviven con el ritmo que le imponen los bocinazos de las motos, el bullicio callejero y los puestos de comidas o ventas de diversos productos que invaden (y muchas veces molestan) al turista. Si bien las opciones son variadas, sitios como Tailandia, Laos, Vietnam y Camboya, gracias a sus bajos presupuestos y su cercanía entre ellos, son de los más elegidos por los argentinos que llegan a la región. Pero hay mucho más por conocer. 

TAILANDIA

El país de las sonrisas, por la amabilidad de sus habitantes, además de sus fascinantes templos en colinas, infinidad de mercados de exquisita comida, es un destino ideal para el buceo en las playas más paradisíacas del planeta, tanto en el mar de Andamán como en el Golfo de Tailandia. De día, se puede disfrutar de sus playas de arena dorada y agua tibia y relajarse con unos buenos masajes tailandeses, y al ser un destino tan turístico, tiene también una oferta nocturna muy intensa y variada.  

Obviamente, todo viaje a este país, más allá de las playas doradas, tiene una cita obligada que es Bangkok. La capital no es una ciudad bella pero es encantadora, y en parte gracias a sus contrastes. De zonas de altísimo poder adquisitivo, se puede pasar a otras de barrios humildes, con sus templos los olores de la comida callejera. La ruidosa Bangkok, tiene unos 400 templos de los cerca de 37.000 que, se estiman, hay en todo el territorio. Es que  Tailandia es uno de los países más budistas del planeta: casi el 95% de su población practica el budismo Theravada.

Más allá de su belleza, la población tailandesa vive bajo una dictadura militar hace más de cuatro años, que convive con una red de trata y prostitución que lo tienen como un destino de “turismo sexual”.

Cuándo ir: entre noviembre a febrero (salvo para las islas de la costa este). 

VIETNAM

El país del precioso Delta del Río Mekong y uno de los grandes en el sudeste asiático con una población de más de 85 millones de habitantes, cautiva con sus paisajes, sus comidas y la amabilidad de su gente. Aunque en este punto hay que hacer una aclaración: tener mucho cuidado al pagar con las estafas que suelen hacer algunos locales. Más allá de la capital, Hanoi, que es el imán y punto de partida de cualquier recorrido, hay que visitar la colonial Hoi An; Nha Trang, con sus playas ideales sobre el Mar de China del sur, y la caótica Ho Chi Minh, antigua capital y la ciudad más grande del país.

Lo que está en todas las guías es la famosa Bahía de Ha long, en el norte, que suele estar desbordado de turistas. Entre islotes y cuevas, según la mitología, se cuenta que para defenderse de los chinos el emperador envió dragones que escupían joyas y jade para ayudar a defender su tierra. Las joyas se convirtieron en los islotes que les defendieron contra el enemigo.

Entre bocinas y un tráfico caótico, Hanoi invita a conocer sus plantaciones de arroz y el casco antiguo, de unas 50 calles. Allí se encuentra el espectacular lago Hoan Kiem, desde donde surge de las aguas la Torre de la Tortuga (Thap Rua) y el pequeño monte de Jade con su correspondiente templo, el Ngoc Son. También el recorrido nos lleva a conocer una gran cantidad de templos, pagodas y monumentos. 

Cuándo ir: de diciembre a principios de abril (salvo por el norte).

Las coloridas plantaciones de arroz en las afueras de Vietnam. (Agencia Xinhua)

INDONESIA

El país más grande de la región tiene más de 250 millones de habitantes y unas 17 mil islas (la mitad sin gente). De la parte occidental de Sumatra al extremo oriental de Papúa, esta nación donde se hablan unas 300 lenguas tiene tantas culturas, costumbres, paisajes como comidas, lo que la convierte en un país que parecen ser 100.

Tiene algunos de los mejores lugares del mundo para bucear como, por ejemplo, la zona de Raja Ampat, en el este; o de Manado, en Sulawesi, hacia el norte. También es un destino soñado para surfistas. Algunos de los picos más conocidos -y por ende, más concurridos- están en Bali, pero para los más exploradores, otras islas también cuentan con olas de calidad superlativa, como por ejemplo, Desert Point, en el sur de la isla de Lombok, considerada una de las mejores olas del mundo.

Los montes y volcanes también tienen un atractivo especial para los amantes del trekking. Los destinos más elegidos para esta actividad son el parque nacional de Komodo, donde está el famoso dragón homónimo (el lagarto más grande del mundo) o el Monte Rinjiani (un volcán activo en Lombok).

Cuándo ir: pese a que es un país de mucho calor y humedad, lo ideal es ir de mayo a septiembre.

CAMBOYA

Los mundos antiguos y modernos se dan la mano en Camboya para crear una aventura llena de autenticidad. Angkor, la antigua capital del imperio Khmer, y la historia del genocidio de los Jemeres Rojos son sus principales atractivos turísticos, por los que todo el mundo pasa por las ciudades de Siem Reap y Phnom Penh, la caótica y carismática capital. Los templos de Angkor, además de su majestuosidad, ofrecen vistas inigualables del atardecer que vale la pena ver.

Siem Reap, además de su cercanía a Angkor, tiene la mejor oferta gastronómica del país. Es la segunda ciudad más grande, y cuenta con hermosas cafeterías y variada vida nocturna. Aparte de Angkor, hay muchos monumentos y ruinas jemeres como las de Preah Vihear, algunas en zonas rurales donde llegan pocos turistas, pero para quienes tienen días de sobra, es interesante conocer.

El interior de Camboya permite disfrutar de la vida rural y de los paisajes de arrozales y plantaciones de palmeras de azúcar. Si bien su moneda oficial es el Riel en todos lados se aceptan dólares, por lo cual no se recomienda cambiar dinero.

Cuándo ir: de noviembre a marzo, aunque beneficia que tiene uno de los climas más secos de la región.

El Templo Pura Ulun Danu, en la isla de Bali, en Indonesia. (Tripadvisor)

LAOS

País desconocido durante mucho tiempo, Laos se ha ido convirtiendo en un destino de culto gracias a su naturaleza en estado puro, la riqueza cultural y la amabilidad de sus habitantes. Más allá que conserva tradiciones que en algunos de sus vecinos se perdieron, por la influencia de Francia, se pueden encontrar algunas costumbres e iconos de la nación europea, como su propio arco del triunfo y el pan francés.

Si hay un lugar donde el tiempo está detenido, es en Luang Prabang, patrimonio de la Unesco y sitio que se lleva la mayoría de las fotos, por la pintoresca arquitectura francesa mejor conservada. El bullicio de las ciudades asiáticas no es moneda corriente en este pueblo de templos y con un definido estilo colonial. Enamora con sus balcones floridos, su gente siempre sonriente y los monjes que caminan sin prisa por sus calles.

Fuera de ella, Laos es un país casi completamente rural para disfrutar de la naturaleza, con buenos paseos de trekking, y sus visitas a comunidades nativas, respetando la cultura del lugar y el medio ambiente. Un clásico es la excursión de un día a la catarata Tat Kuang Si.

Cuándo ir: de noviembre a febrero; los meses de lluvia suelen ser de mayo a octubre. 

MALASIA

Entre junglas húmedas y calurosas abarrotadas de fauna, islas idílicas y sensaciones culinarias únicas, Malasia, el país más visitado de todo el sudeste asiático, tiene una riqueza cultural enorme, gracias a las grandes comunidades de chinos e indios que conviven con los malayos.

Su principal atracción es, sin duda, Kuala Lumpur y su gran ícono, las torres Petronas, aunque sus playas de arena dorada y agua cristalina no tienen nada que envidiarle a las de Tailandia. La vida del pueblo malayo se mezcla con la ostentación del siglo XXI de las torres y los compradores se mueven entre mercados callejeros y centros comerciales climatizados. 

Otras paradas obligadas son sus exóticos templos, debido a su gran influencia budista e hinduista que te transportan a India o China con su cultura y religión, sin salir de una misma ciudad. Además, algo que quizás no tengan en cuenta y se sorprendan al ir es la calidad y variedad de su comida. Es definitivamente el lugar para animarse a probar los cientos de platos típicos.

Cuándo ir: aunque llueve todo el año, lo ideal es de fines de abril a mediados de septiembre. 

Laos es un país para disfrutar de la naturaleza y las tradiciones. (Xinhua)

SINGAPUR

El bicho raro del continente, por ser el país más rico y caro de la región lo que lo pone en sintonía con los otros tres tigres asiáticos (Taiwán, Corea del Sur y Hong Kong), tiene estilo propio. Con una arquitectura de ciencia ficción que incluyen opulentos jardines y grandes centros comerciales, el orden que tiene es del primer mundo. Y esto implica también que sus precios son mucho más elevados al resto de la región.

Se puede recorrer de punta a punta en pocas horas, pasando por una diversidad cultural casi única en el mundo; conviviendo desde chinos, indios, malayos e inmigrantes de todo el mundo.  Saliéndose del centro futurista de edificios deslumbrantes, más de un 50% de su territorio está dedicado a parques y reservas naturales, lo cual la convierte en la ciudad más verde del sudeste asiático.

Cuándo ir: Caluroso, muy húmedo y lluvioso, lo ideal es viajar entre febrero y octubre.

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