La vida política de Birgitte Nyborg (interpretada por Sidse Babett Knudsen), la líder de un pequeño partido de centro en Dinamarca, Los Moderados, cautivó a los argentinos. La serie Borgen, que se puede ver a través de Netflix, hizo que muchos depositaran sus ojos sobre este país escandinavo que abarca la península de Jutlandia y varias islas.
Emitida por primera vez en 2010 y creada por la cadena pública Danmarks Radio, es una ficción que toca diferentes cuestiones en uno de los países con mejor calidad de vida del mundo. Si bien el esta nación europea tiene varias alternativas que vale la pena conocer, desde castillos antiguos hasta la atractiva Casa Lego, lo cierto es que Copenhague, la capital, es la ciudad más poblada y visitada por turistas.
Además, es una de las urbes más bike-friendly del mundo, ya que en el centro de la ciudad ya circulan más bicicletas que autos. Suelen decir, que hay tres bicicletas cada habitante, y por eso el Gobierno busca llevar un control: cuando están hace un tiempo en un lugar, le colocan una cinta verde para avisarle a su dueño que debe llevársela. Tras la amarilla, llega la roja, y ese es el momento en que cualquier puede usarla.
Entre calles adoquinadas, pináculos imposibles, palacios, puentes y canales, la ciudad destaca sobre todo porque está a la vanguardia del diseño, la moda y con una variada y rica gastronomía que la pone en competencia con otros lugares de Europa.
En una ciudad donde cruzar una calle en rojo aunque seas peatón puede ser sinónimo de multa y donde la inflación no suele superar el 1% anual, la serie que prepara una cuarta temporada pone en debate otros temas. Y gran parte de la trama transcurre en Borgen, el término con el que se conoce al Palacio de Christiansborg. Este palacio, ligeramente tenebroso, que alberga el Parlamento danés, la oficina del primer ministro y el Tribunal Supremo, es la sede de poder de Dinamarca. También alberga una ecléctica gama de atractivos culturales, desde tapices hasta carrozas.
El palacio se ubica en el islote de Slotsholmen, y varias partes del edificio son utilizadas por la monarquía como, por ejemplo, las salas de recepción Real, la capilla del palacio y las caballerizas reales. El edificio actual es el último de una serie de castillos y palacios construidos en el año 1167 y desde ese momento fue testigo de varias guerras, demoliciones e incendios que lo terminaron moldeando para llegar al aspecto que tiene actualmente.
Tal como se observa por dentro y por fuera en la serie, data de 1928, cuando concluyó la última restauración. Las obras fueron realizadas por el arquitecto Thorvald Jørgensen, quien se inclinó por el estilo neobarroco. Se trata de un palacio de líneas sencillas y elegantes, muy similar a los palacios nórdicos de la época.
Cuenta con la torre más alta de Copenhague (106 metros) rematada por una corona, suele ser uno de los sitios más visitados por los turistas. Mientras que en su interior, varios cuadros de Joakim Skivgaard representan antiguas leyendas danesas y sobre las ventanas se pueden divisar los retratos de personajes trascedentes de la historia del país.
Mucho para ver
Más allá del palacio, otro imán de la ciudad es el parque de atracciones Tivoli, el segundo más antiguo del mundo, que lleva arrancando sonrisas a grandes y chicos desde 1843. Sus jardines son uno de los grandes atractivos, por lo bien cuidados que están. Una joya en medio de la ciudad.
Para los que quieren conocer la historia del país, el Museo Nacional es el sitio ideal. En un antiguo palacio real, alberga una importante colección que incluye un carro solar de Trundholm, la conservada mujer de Huldremose y objetos vikingos, que dejaron un legado en todo el territorio. También alberga una ecléctica mezcla de adquisiciones extranjeras, incluidos trajes chinos, monedas clásicas y objetos aborígenes australianos.
Los viajeros que llegan hasta la ciudad, no se pierden un paseo por Christianshavn, un área de pequeñas islas, que es conocida por su cultura de cafés modernos y canales rodeados de coloridas casas flotantes. Al norte, la isla de Holmen alberga la ópera contemporánea de Copenhague.
Para los amantes de la “vida real”, hay que darse una vuelta por el castillo Rosenborg Slot. Rodeado de un foso, alberga gran cantidad de tapices, retratos y ropajes reales, así como las joyas de la corona danesa. Se erigió entre 1606 y 1633 por orden de Cristián IV, que lo concibió como su residencia de verano. La familia real danesa abrió el castillo como museo en la década de 1830 mientras seguía usándolo para custodiar el tesoro real. Actualmente sigue desempeñando ambas funciones.
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Cuánto cuesta
Los vuelos desde Buenos Aires a Copenhague, con escalas, arrancan en los US$ 1.200. Una linda habitación en un hotel en el centro de la ciudad ronda los US$ 90.