En el Parque Nacional Aconquija, la naturaleza y la historia son una invitación imperdible para conocer el alma de este territorio tucumano. El área protegida se integra con el anterior Parque Nacional Campo de los Alisos, creado en 1995, y territorios aledaños al mismo. Protege las nacientes de los ríos Jaya y las Pavas, que recorren el este de las sierras del Aconquija y desembocan en los valles y campos de cultivo tucumanos.
El Parque tiene muchas especies de árboles, entre las que resalta el aliso del cerro, característico del Bosque Montano entre los 1.500 y 2.000 metros sobre el nivel del mar, donde forma bosques casi puros.
La fauna no se queda atrás en cuanto a diversidad. Se han registrado más de 400 especies de vertebrados, entre ellas guanacos, lobitos de río, el gato andino, la ranita montana, el ocelote y el loro alisero. A su significativa biodiversidad, el área protegida agrega el resguardo de importantes testimonios arqueológicos.
En el PN Aconquija hay rincones que resguardan leyendas atrapantes, como en el portal Cochuna, con una extensión de dos hectáreas, donde dice la historia que los Inkas arrojaron el oro de La Ciudacita a la laguna ubicada allí.
Los senderos autoguiados que se pueden recorrer en Los Alisos permiten conocer la espesura de las yungas y la vegetación exuberante de este Parque Nacional que, tanto en el sendero “El Pozón” como en la “Selva Misteriosa”, invitan a conocerlas en familia porque el grado de dificultad es baja y abre la posibilidad a que chicos y grandes puedan descubrirlas.