Sumatra, una de las más de 17. 000 islas de Indonesia, es uno de los últimos destinos de aventura, un lugar donde se pueden surfear las mejores olas del planeta, o abrirse paso por la espesa selva tropical en busca de los orangutanes de pelo rojizo. La gran isla, la tercera más grande del archipiélago y la quinta del mundo, es el territorio más importante del país.
Estratégica, económica y políticamente, Sumatra siempre formó una columna vertebral fundamental para la nación. Es la segunda isla en número de población, pero primera en exportación (principalmente petróleo, gas natural, caucho).
Como Java, Sumatra está formada por una cordillera longitudinal de montañas, un doble pliegue en la corteza de la tierra con una depresión central en la cual los altos volcanes empujan hacia arriba. Hay alrededor de 90 volcanes en esta cordillera, 15 de los cuales están activos.
La mayoría de los habitantes de Sumatra viven en la larga hilera de ondulantes estribaciones, mesetas, cuencas de río y lagos a lo largo de la columna de la isla, donde se ganan la vida como cultivadores de subsistencia.
Entre las actividades elegidas por los viajeros están la observación de orangutanes en las selvas vírgenes de Bukit Lawang, la escalada hasta los humeantes picos de los volcanes que rodean el pueblo montañés de Berastagi, o el nado con tiburones y tortugas en el jardín de coral que hay ante Pulau Weh.
También muchos optan por el lago Toba, el corazón del campo de Batak, el lago más grande de Asia Sudeste con una superficie de alrededor de 1145 kilómetros cuadrados, y es también el lago más profundo del mundo, con más de 450 metros de profundidad.