¿Cuándo, a quién y cuanto se debe dejar de propina? Antes de viajar a un destino es conveniente conocer las costumbres locales para no pagar de más ni pasar un mal rato, tanto por no dejarla como por hacerlo. El mundo de las propinas puede llegar a ser agobiante para un viajero inexperto y a veces la línea entre generoso y maleducado puede ser muy fina. Pero tampoco es cuestión de regalar el dinero ni de pegar dos veces el servicio, como en ocasiones ocurre. Si está preparando un viaje es práctico saber qué hacer porque, según los países, la propina es habitual, ocasional o puede resultar ofensiva.
En términos generales, el 10% del precio total de la cuenta suele ser la cifra que más se maneja alrededor de todo el mundo. Pero no en todos lados siguen las mismas costumbres.
Visual Capitalist publica varios gráficos realizados por Hawaiian Islands, que ha estudiado las tendencias de propinas en 162 países, analizando las guías de etiquetas de TripAdvisor para cada país y consultado a profesionales de distintos sectores sobre los estándares en su día a día.
En más de un tercio de los países, dar una propina del 10% al personal del restaurante es lo más normal, hasta 66 países entre los que se encuentran muchos europeos como Francia, Portugal o Austria, contemplan esa idea. Mientras que otros países como Serbia, Armenia y Canadá tienen un rango de propinas que alcanza un máximo del 20%. Estados Unidos es el único país del análisis donde una propina del 20% es lo mínimo que marca el estándar.
Si bien una vez las propinas fueron ilegales en seis estados del país, ahora son vitales en el día a día estadounidense, incluso una ley federal dicta que los jefes pueden pagar al personal 2,13 dólares por hora si ganan al menos 30 por mes extra en propinas. Eso significa que estas ayudas económicas representan más de la mitad de los ingresos de un trabajador.

En cambio, dar propina en un restaurante supone un insulto en Japón, China o Corea del Sur, donde ya están incluidas en los salarios. Otros, como India, lo han prohibido legalmente.
Brasil es un caso especial: aunque los restaurantes cargan directamente en la cuenta un 10% de propina, los camareros de las zonas más turísticas están acostumbrados a recibir otro 10%. En cambio, en Chile la propina no es obligatoria, y como algunos restaurantes la incluyen en la factura por ley, el cliente, pese a la normativa de 2014, puede reclamar para no pagarla.
Hasta la desintegración de la Unión Soviética, las propinas estaban prohibidas en Rusia. Desde entonces, lo habitual es que los trabajadores perciban entre el 5 y 10% de la factura. También hubo un cambio en Cuba: se pasó de la prohibición a otorgar de un 10 a un 15% en restaurantes.
Finalmente, en Australia y Nueva Zelanda no se suelen esperar las propinas, mientras que en Indonesia, por ejemplo, se suele incluir un cargo adicional.