viernes, 1 diciembre, 2023
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Viaje al corazón del vino de la mano de Bodega Sottano

Desde la Ciudad de Mendoza, en el camino que lleva a Chile, una parada obligada es Bodega Sottano.  Ubicada en una de las regiones ideales para la producción de uvas de calidad, Lujan de Cuyo, y bajo la atenta mirada de la majestuosa Cordillera de los Andes, sus vinos son parte de un viaje increíble que el turista puede hacer para descubrir las sensaciones de una provincia que tiene todo para sorprender.

La historia cuenta que en 1890, Fioravante Sottano llegó de Véneto, Italia, para establecerse en Mendoza. Fue pionero en la industria mendocina promocionando la agricultura y la industria de la región y, como muchas de las bodegas de aquella época, empezó haciendo vinos a pequeña escala y para las misas.  

Los años pasaron y las nuevas generaciones le dieron mayor impulso a Sottano, un punto de partida para crecer aún más en la elaboración de vinos de alta gama que se exportan a una veintena de países. Paralelamente, en 2016, en el mismo establecimiento, nació Colosso Wines, con un mensaje más disruptivo y por eso el viajero en su recorrida aprovecha un “2 x 1”: dos bodegas en un mismo predio.

La visita, que puede incluir almuerzo, es acompañada por expertos que explican el proceso de producción de los vinos (actualmente es de unos 800.000 y más de 50 etiquetas) y lleva a conocer los rincones más lindos de la edificación moderna que irrumpe al lado de un pequeño lago. Si el viajero tiene la suerte de ser atendido por Mariela, por ejemplo, no solo va a conocer la historia de la bodega sino va a poder profundizar en la intensidad y aromas de los vinos.   

Las instalaciones de Bodega Sottano.

Desde el momento en que se ingresa por el pórtico de ladrillo e hierro hacia la recepción moderna y sala donde se exponen las botellas de la compañía, hay un aire místico. Ya la variedad de etiquetas, muchas de ellas atrapantes por su diseño, permiten detenerse sin prisa para disfrutar un momento de relax.

A lo largo del recorrido el visitante puede probar los productos en distintos contextos: es decir, desde vinos que no pasaron por la barrica, hasta un momento de intimidad en la cava donde se degusta una copa sacada directamente de las barricas para entender la importancia del añejamiento.

Aunque la bodega cuenta con líneas jóvenes y frutales, la apuesta central es a vinos de alta gama, cada uno con su carácter, y paso por barrica de roble francés. Pero también sorprenden las barricas de origen croatas. Y si bien cada nombre tiene una rica historia detrás, Judas es el vino más representativo gracias a sus uvas que provienen de viñas de más de 90 años de antigüedad. Cuentan que una partida guardada para la familia bajo siete llaves hasta lograr la perfección, fue compartida, sin consulta previa, por un integrante de los Sottano y tuvo un éxito descomunal. Ante el enojo (y alegría a la vez por la buena recepción), se lo nombró Judas, debido a la “traición del hijo menor” al pacto familiar.

Luego del final del recorrido, muchos optan por comer junto al espejo de agua tentados por la carne al asador que desde temprano es acariciada por las brasas. Otros, directamente compran vinos para regalar o bien para poder disfrutar en su regreso.

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