viernes, 6 diciembre, 2024
InicioMundoValparaíso, entre cerros y aires de puerto

Valparaíso, entre cerros y aires de puerto

Bohemia, alegre, colorida. Así es Valparaíso, la ciudad chilena que nació entre cerros que miran al Pacífico y con aires húmedos de puerto. Con cierta semejanza al porteño barrio de La Boca, sus construcciones antiguas, casas de chapa y madera pintadas de todos colores fue la fuente de inspiración de poetas, cantautores y cineastas. Vecina de la moderna y florida Viña del Mar, el contraste que se genera en el turista al visitar las dos, hace que se valore más esta localidad consagrada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2003.

A Valparaíso, de unos 300 mil habitantes,  es bueno recorrerla a pie, aunque para ello hay que estar entrenados. Sus estrechas calles empinadas, infinitas escaleras, históricos ascensores y sus múltiples miradores nos regalan postales increíbles de las coloridas casas que parecen estar constantemente cayéndose de cada uno de los 42 cerros que allí existen.

Los pintorescos trolebuses de la década del 50. (Turismo de Chile)

De hecho, el premio Nobel de Literatura 1971, Pablo Neruda se enamoró del principal puerto de Chile y en la década del 50 compró una casa en el cerro Bellavista. La bautizó La Sebastiana y está llena de detalles que el propio escritor incorporó como los azulejos de esa época, sólo azules, celestes y verdes, que los mezcló para crear verdaderos mosaicos en las paredes. “Era tan grande, desordenado y azul que no cabía en ninguna parte. Por eso lo dejaron frente a mi ventana”, reza una frase en la casa-museo del poeta, y se refiere al océano Pacífico, justo frente a la mirada que observa el horizonte de la ciudad.

Con escaleras angostas y enormes ventanales, los objetos extravagantes que coleccionaba Neruda -como un caballo de calesita que trajo de París- van sorprendiendo a los visitantes que recorren esta construcción de cuatro pisos que fue un lugar de escape para el literato. Desde su terraza se puede tener una buena vista de la ciudad ubicada a 120 kilómetros de Santiago de Chile.

Los funiculares, ideales para conocer la ciudad desde los puntos más altos. (ciudaddevalparaiso.cl)

Por abajo

Un buen inicio para conocer Valparaíso es la plaza Sotomayor, frente al puerto, y reconocida por el monumento dedicado a los marineros que perdieron la vida en el Combate Naval de Iquique. Erigido en 1886, bajo esta obra se encuentra la cripta con los restos de los mártires del combate librado durante la Guerra del Pacífico. La plaza está rodeada de numerosos edificios de administración, de distintas épocas y estilos arquitectónicos. Un ejemplo es el edificio de la ex Intendencia, hoy de la Armada de Chile, construido a comienzos del siglo XX con mirada hacia el mar.

En el llano, la ciudad que vio nacer a unos de los diarios más viejos de habla hispana (El Mercurio, el 2 de septiembre de 1827), vive a pleno su faceta comercial. Entre cafés, “cocinerías” de mariscos y pintorescos trolebuses de la década del 50, uno puede visitar la gran feria de pulgas de la avenida Argentina, o sacar una foto para dejar inmortalizada la arquitectura victoriana del Palacio de Bellas Artes.

Cada esquina es una oportunidad para disfrutar de los colores. (Turismo de Chile)

A pocos metros está el Museo de Historia Natural, que funciona desde 1878. Cuenta con un importante fondo bibliográfico y una colección de valiosas piezas museológicas pertenecientes a las diferentes ciencias. Y unos unas cuadras más allá, está el primer acuario interactivo del país, que alberga nueve acuarios que van desde los 3 mil a 16 mil litros.

Varios minutos hay que dedicarle al muelle Prat, que se encuentra frente a la torre de la Superintendencia de Aduanas y a la Capitanía de Puerto, famoso desde sus inicios cuando los barcos a vela realizaban la interminable vuelta desde Europa para pasar por el Cabo de Hornos, antes de la construcción del Canal de Panamá. Desde aquí se puede apreciar toda la actividad económica del puerto, que se extiende mil metros de largo y cuenta con espacios protegidos para las embarcaciones de los temporales.

El muelle Prat es el único lugar de acceso público donde se logra observar, de día y de noche, la actividad de los grandes barcos y las grúas de carga. Cientos de lanchas multicolores esperan a los turistas para realizar el tradicional paseo frente a la ciudad, ideal para obtener las mejores fotografías. Lo ideal es saber esperar antes de embarcarse y dejar que la luz solar se dirija hacia el poniente para poder apreciar con mayor nitidez el gigante anfiteatro natural en que se emplaza la ciudad.

La Sebastiana, la casa-museo que fue de Pablo Neruda. (deviajevoy.com.ar)

Hacia lo alto

De los 42 cerros, algunos como Barón, Mariposa, Alegre o Concepción, son los más interesantes para visitar. Muchos de ellos aún cuentan con pintorescos ascensores que fueron construidos para llegar de forma rápida a las alturas de Valparaíso y disfrutar de sus miradores que permiten observar los alrededores. Si bien en la época de esplendor la ciudad, que cuenta con el club de fútbol más antiguo del país (Santiago Wanderers, fundado en 1892), llegó a tener  48 funiculares, en la actualidad funcionan 16, la mayoría con más de 100 años de historia. Muchos de ellos son ideales para recorrer rincones en las alturas y combinar con la caminata que, por momentos se hace agotadora. 

El cerro Concepción tiene un pasado histórico y mitológico, ya que fue una zona de inmigrantes y hoy eso se refleja en las casas de madera y chapas muy coloridas, junto a otras señoriales. En su territorio fue instalada la Fortaleza La Concepción, para defender a la ciudad de ataques de piratas. Lugar de asentamiento de la colonia alemana que llegó al puerto, cuenta con la iglesia Anglicana Saint Paul y la Luterana.

Mientras que en el cerro Barón está para descubrir la famosa iglesia de San Francisco, que llevó a que la ciudad sea conocida como “Pancho”, el cerro Alegre fue la zona donde se establecieron los inmigrantes ingleses y debe su nombre a los coloridos jardines que adornaban sus casas. Lo ideal es llegar con el ascensor El Peral, donde te recibe el Paseo Yugoslavo con el magnífico Palacio Baburizza, sede del Museo Municipal de Bellas Artes. Éste cuenta con colecciones de pintura de exponentes chilenos y europeos.  En tanto, el cerro Cordillera, en pleno centro, tiene los restos de la fortaleza del Castillo San José.

Valparaísos y sus colores interminables.

El paseo 21 de Mayo es uno de los miradores más hermosos, y se accede a él a través del ascensor Artillería. Es el lugar escogido por los visitantes para observar el espectáculo de Año Nuevo en el Mar, que se realiza todos los años frente a la bahía de “Valpo”, como llaman los chilenos a la ciudad. En tanto, un paseo atípico ofrecen los cementerios. Ubicados sobre la meseta del cerro Panteón, al que dieron nombre, no cobijan nombres famosos, pero sí varios mausoleos y criptas espectaculares, algunas de casi doscientos años, con lápidas en inglés.

Lo interesante, si uno no tiene energía de recorrer los cerros más importantes o bien va en el día desde Santiago, es animarse y perderse entre sus calles. Uno descubre una escalera colorida, la sube, y cuando piensa que llegó a una calle repleta de grafitis, de paredes de colores, hay una nueva escalera por subir. 

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Must Read