Calles angostas de tierra, casas de adobe, entorno natural muy colorido, gente amable y sin prisa, tejidos artesanales. La postal se repite cuando uno camina por Pumamarca, el pequeño poblado de la Quebrada de Humahuaca que en lengua aymara, significa “pueblo de la tierra virgen” o “ciudad del desierto”. Allí, bajo la atenta mirada del Cerro de los Siete Colores, se conservan y conviven las primitivas construcciones con las nuevas, siempre manteniendo un delicado equilibrio y simpleza con el entorno natural.