lunes, 22 abril, 2024
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Bogotá, vibrante y pluricultural

Bulliciosa y pensada para ser la sede del gobierno, Bogotá no es una joya colonial del Caribe como Cartagena ni tan turística como Medellín. Sin embargo, la riqueza abunda en la capital de Colombia, desde su arte callejero que retrata una historia de conflicto armado hasta las colinas imponentes de la reserva forestal al costado de su borde oriental. Además, es un lugar ideal para entender la idiosincrasia del país. 

Cuenta la historia que en 1538, el conquistador español Gonzalo Jiménez de Quesada ascendió la parte oriental de la cordillera de los Andes y fundó la ciudad de Nuestra Señora de la Esperanza, hoy conocida como Bogotá, su nombre indígena que correspondía a la sabana en la que se asienta.

Casi 500 años después, la ciudad situada a unos 2600 metros de altura, es un lugar vibrante donde sus casi 8 millones de habitantes pueden presumir de vivir en el motor económico del país. Pero no sólo se trabaja en Bogotá. Rumba, cultura, gastronomía, legado histórico y naturaleza la convierten en una parada obligada para aquellos que quieren explorar lo mejor de Colombia.

Su historia, su biodiversidad y su mezcla de culturas se aprecia en algunos de los principales ejes turísticos del país como el centro histórico de La Candelaria, con un tráfico caótico, fachadas de ladrillo y vendedores callejeros que conviven en armonía con joyas coloniales y espacios como la famosa plaza de Bolívar, dominada por una estatua de Simón Bolívar, libertador del país.

La plaza de Bolívar, que debe su nombre al libertador del país. (Turismo de Colombia)

En torno a la plaza, la Catedral Primada, levantada en 1807 y consagrada como catedral en 1823, se destaca con su planta rectangular y estilo neoclásico. También está el Capitolio Nacional, un edificio en piedra de la primera mitad del siglo XX, de influencia jónica, neoclásica y renacentista, el Palacio de Justicia o el Edificio Liévano -sede de la Alcaldía.

De obligada visita es el Museo del Oro, dende el viajero aprenderá sobre las vidas espirituales de las tribus indígenas colombianas que creían que el oro contenía la energía del sol y no le daban ningún valor monetario. Es un espacio con cerca de 34.000 piezas de orfebrería y 20.000 objetos de piedra y cerámica, herencia de culturas precolombinas como la quimbaya, calima, tayrona, sinú y muisca. Aunque si de museo se trata, hay que darse una vuelta por el Botero, uno de los mejores de arte de América Latina. No contiene solamente obras del afamado muralista, pintor y escultor colombiano, sino que éste legó parte de su gran patrimonio artístico a la ciudad.

El Teatro Colón, la Casa de la Moneda, la Quinta de Simón Bolívar, el Observatorio Astronómico y el Chorro de Quevedo, son otros de los imperdibles de esta zona.

Si bien hay muchos barrios para descubrir, dos que tienen que estar en agenda son el colonial Usaquén y el tradicional Egipto. Hay que viajar hasta el extremo noreste de Bogotá para caminar por las estrechas calles de Usaquén, que nació como un pueblo independiente en el siglo XVI pero se anexionó a la capital tras la expansión de ésta. Bares, tiendas y restaurantes salpican los bajos de este exclusivo barrio. En tanto, Egipto, pese a que no cuenta con tantos atractivos, cautiva por la unión que hay entre los residentes de este lugar.

La ciudad y sus barrios coloridos. (Turismo de Colombia)

Entre los cerros orientales que “protegen” la ciudad, destaca el Monserrate, de más de 3.000 metros de altura, al que se accede a pie, en teleférico o en funicular, y que en la cima tiene el Santuario del Señor Caído, lugar visitado cada año por miles de peregrinos católicos. Y a una hora de Bogotá, se encuentra la Catedral de Sal. Este templo construido en el interior de Zipaquirá, una de las minas de sal más grandes del planeta, tiene mayor valor arquitectónico que religioso.

LA SEGURIDAD SIGUE SIENDO MOTIVO DE PREOCUPACIÓN PARA LAS AUTORIDADES. SE RECOMIENDA NO TOMAR TAXIS POR LA CALLE, ESPECIALMENTE DE NOCHE. ES MEJOR UTILIZAR UN SERVICIO DE LLAMADAS O UNA APP.

Aventura en dos ruedas

Los ciclistas en Bogotá son casi tan abundantes como los automóvile. La ciudad cuenta con una ciclovía de unos 100 kilómetros y todos los domingos cierra varias calles para que las usen exclusivamente ciclistas, peatones e incluso acróbatas. A lo largo de la ciudad se ofrecen numerosos servicios de visitas guiadas a bordo de bicicletas, pero también uno se puede sumar a grupos de personas que pedalean cada fin de semana por los circuitos organizados.

Dos domingos al mes se organiza la Ciclovía Turística, un recorrido de 17 kilómetros (entre ida y vuelta) en los que el deporte y la vida al aire libre se combinan con la cultura, ya que el trayecto pasa por el museo a cielo abierto de la calle 26. En los tours organizados se realizan paradas para describir las esculturas ubicadas en los parques.

También dos domingos por mes, se organizan paseos por la Alameda Juan Amarillo. El trayecto parte del Parque del Virrey, y en el paseo se descubren bonitos atractivos naturales como el humedal Jaboque, donde se pueden ver restos indígenas de un antiguo observatorio. Para los amantes de la cultura urbana se organiza salidas de 23 kilómetros al Distrito Graffiti.

El paseo en bicicleta, a pesar de algunas cuestas, permite llegar a los puntos más emblemáticos de la ciudad, como la Plaza de Bolívar, centro de gravedad de la historia colombiana, el Capitolio, el Palacio de Justicia y las iglesias, alguna barrocas y otras coloniales; así como los museos más destacados del centro, entre ellos el Nacional, el del Oro y el de Botero.

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